Londres

Krizia Robustella: «Desde arriba nos cortan las alas»

Nació: en 1984, en Ámsterdam. Una película: «Cashback». Un libro: «Sin tetas no hay paraíso». Un músico: Die Antwoord. Dentro de 20 años: ¡Uy!, soy muy mala para eso, la verdad es que no sé ver más allá de un año.

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–¿Llegó a la moda por vocación?
–Más bien por destino. Mi madre es mayorista de moda italiana y cuando era pequeña me dejaba jugar a montar escaparates. Supongo que ahí empezó todo.

–¿Cómo definiría su moda?
– Presenté en el EGO de Cibeles chándals de los 90 que desmonté y a partir de ellos hice diseños con apliques, lentejuelas, las modelos iban con tacones... Lo calificaron como «Sport deluxe» y me lo apropié.

–Pero, ¿es ropa de pasarela o para llevarla por la calle?
–Evidentemente son prendas ponibles. Quiero vender mis diseños, que la gente se los ponga.

–¿Están bien tratados los diseñadores jóvenes en España?
–Sí, hay bastantes ayudas y un buen número de pasarelas. No sólo es Cibeles, está Valencia, Bilbao... En el extranjero sería mucho más difícil abrirse paso. Un ejemplo: en Londres hay tanta gente que hace cosas, que hay que trabajárselo mucho más.

–Se dice que su generación es la «generación perdida» ante la falta de perspectivas laborales...
–La verdad es que es deprimente leer las noticias. Se tiene la sensación de que, si van a hacer algo, va a ser para complicarnos la vida. Desde arriba nos están cortando las alas.

–También comentan que es una generación poco luchadora.
–Hay de todo. Conozco mucha gente que quiere hacer cosas y lucha por ello, pero lo cierto es que la mayoría se ha acomodado, se instalan en la queja sin más.

–Internet, clave para entender a la juventud, ¿no?
–Sí, se ha convertido en algo casi imprescindible tanto para trabajar como para estar en contacto con los amigos. Profesionalmente es la mejor manera de promocionarte y llegar a bastante gente. Aunque no quieras tienes que estar en la red por la cantidad de tráfico que genera.

–Pero también tiene sus consecuencias negativas.
–Sí, yo lo noto en los chicos y chicas más jóvenes que yo. La facilidad que te procura internet, que en décimas de segundo ya te aporta la información que buscas, la extrapolan a la vida. Creen que todo es muy fácil de conseguir sin apenas esfuerzo. También provoca que, por los chats, cada vez sean menos sociales. Tienen amigos por la red, sí, pero salen menos y apenas hay contacto físico

–¿Hablamos de política?
–No, no se me da muy bien. No entiendo mucho y, cuando investigo, me enfado.

–¿Defíname el estado anímico de España?
–Alterado. La gente salta por cualquier cosa. Evidentemente en democracia se puede decir lo que se quiera, pero se están perdiendo el respeto y algunos valores.