Bogotá

Los rehenes de las FARC liberados ya están con sus familias

 Los tres miembros de la Policía y uno del Ejército de Colombia rescatados en un perfecto operativo militar por un comando de elite se reencontraron hoy en Bogotá con sus familiares tras doce años cautivos por las FARC en la selva.

El general Luis Mendieta y los coroneles Enrique Murillo y William Donato Gómez, de la Policía, al igual que el sargento del Ejército Arbey Delgado, arribaron a la base aérea de Catam, en Bogotá, donde se fundieron en abrazos con sus esposas, hijos e hijas.Algunos de ellos, todavía con cadenas en el cuello, vieron por primera vez a sus hijos, pues nacieron tras el secuestro de sus padres.Un emotivo encuentro en el que también hablaron con la prensa para agradecer su libertad al presidente del país, Álvaro Uribe, a las Fuerzas Armadas y a los periodistas que, durante estos años, se solidarizaron con ellos y usaron sus medios para que los rehenes conocieran noticias de sus familias.La "Operación Camaleón", como se bautizó esta acción militar, fue "perfecta e impecable", reconocieron los rescatados, pero también el jefe del Ejército, Óscar González, y el director de la Policía Nacional, Óscar Naranjo.A primera hora de la tarde del domingo, Uribe dio cuenta desde Qibdó, capital del Chocó, de las liberaciones de Mendieta y Murillo, para horas después confirmar la de Delgado. La incertidumbre surgió cuando el Ejército reconoció que no encontraban al cuarto secuestrado, el coronel Gómez, quien durante el primer enfrentamiento con los guerrilleros huyó y se escondió hasta este lunes por la mañana, cuando los militares lo encontraron.Los cuatro fueron llevados desde Calamar, caserío del selvático departamento del Guaviare, donde se realizó la operación, hasta la base militar de Barrancón, y de allí a San José del Guaviare, capital departamental.A bordo de un Antonov, llegaron después a Bogotá, donde los cuatro coincidieron en que fueron rescatados en una operación "limpia", "transparente"e "histórica".Custodiados por seis guerrillerosEn el momento del combate contra los secuestradores, los cautivos estaban custodiados por seis guerrilleros rasos, liderados por alias "Jesús"y su compañera sentimental, quienes salieron "corriendo del campamento hacia diferentes sitios de la selva", relató Mendieta.El alto oficial, además de expresar un "cordial y respetuoso saludo de agradecimiento"a Uribe, tuvo palabras emotivas para el ministro de Defensa, Gabriel Silva, y la cúpula del Ejército, así como para los medios de comunicación."Salgo en este momento desconociendo muchas cosas del mundo, del país, además de los doce años de rezago académico, intelectual", admitió.Entre tanto, el sargento Delgado, que tenía 29 años cuando fue secuestrado y hoy tiene 41 cumplidos, relató sobre la Operación Camaleón que "los guerrilleros salieron corriendo, dejaron los fusiles y el equipo".Por su parte, el coronel Gómez, encadenado aún y a quien el Ejército buscó durante toda la noche, también agradeció a Uribe la operación de rescate."Esperamos doce años, el Ejército que se preparó tantos años hoy lo hizo de una forma limpia y transparente. Yo no sé con qué comparar esta operación tan limpia y transparente", insistió.Por último, el coronel Murillo, también con cadenas y candados, repitió los agradecimientos y citó una batería de nombres de periodistas y medios de comunicación que se solidarizaron con los secuestrados."Fue una operación de inteligencia muy especializada, muy minuciosa", remarcó el jefe del Ejército colombiano, Óscar González; al tiempo que el director de la Policía Nacional, Óscar Naranjo, señalaba que las familias de los secuestrados han sido "un símbolo y testimonio de vida"durante estos largos doce años.Según un primer parte médico, los liberados, pese a los rigores que implica un prolongado cautiverio, están razonablemente bien de salud. Los equipos médicos esperan ahora a que disfruten de los encuentros familiares para someterse a una completa evaluación.Los cuatro rescatados formaban parte de una lista de 22 policías y militares secuestrados por las FARC que la guerrilla pretende canjear por guerrilleros presos.