Manipulación intencionada

Moda
Aún no se lo acababa de creer cuando la cola para hacerse una foto con él crecía más y más, pero cuando llegó a la calle Caballero de Gracia y vio que le habían cambiado el nombre por calle de Alberto Santander casi le da un pasmo. «Esto es increíble, ayer en mi pueblo me tuve que ir a casa porque todos me reconocían pero hoy estoy alucinando», afirmó mientras unas chicas que le acababan de reconocer le pedían una foto. Además, en la parte de detrás de las caretas con su rostro venían algunos apuntes sobre sus aficiones, como que su color favorito es el azul, e invitaban a felicitar a todos los que llevaban ese color. «Llevo toda la semana sin dormir de los nervios, pero esto supera todas sus espectativas», aseguró. Junto a él, su hermano, su prima y su tía, dudaban de si iban a poder rescatarle de la marabunta para que, al menos, pudiese tomar algo.
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