Valladolid

Circulares espadazo Y oreja

- Valladolid. Cuarta de feria. Se lidiaron toros de El Ventorrillo, bajos de presentación, algunos anovillados y sospechosos de pitones. Encastado el 2º; manejables y nobles 1º y 5º; difíciles, 3º y 6º. 4º sobrero de Parladé, deslucido. En general a menos. Más de media entrada. - Enrique Ponce, de grana y oro, dos pinchazos, aviso, un descabello (saludos); pinchazo, estocada (saludos). - El Cid de rosa y oro, media escada, aviso (saludos); estocada (oreja).- El Fandi, de verde y oro, dos pinchazos, media estocada, un descabello (saludos); estocada, tres descabellos (saludos).

El Cid, en un pase de pecho ayer en el coso vallisoletano
El Cid, en un pase de pecho ayer en el coso vallisoletanolarazon

Se había dilatado la tarde más de la cuenta cuando a Victoriano Valencia se lo tuvieron que llevar a la enfermería. Hipoglucemia dijeron después, al parecer. Estaba en ese momento su yerno Enrique Ponce en el ruedo dando cuenta de un sobrero de Parladé que no servía ni para salir de paseo. Lo intentó Ponce, más de la cuenta también ya que el festejo se nos había ido de madre para tan poco que llevarnos al recuerdo, mejor dicho, para nada que dejarnos en la memoria. Otra cosa tuvo dentro el primero de El Ventorrillo, de impresentable presencia, anovillado y dudosos pitones. Más de uno hubo así. El pitón derecho del quinto parecía de un festejo de rejones. Pero vayamos por el primero... Sacó raza después el toro para ir tras el engaño con codicia y ganas y una vez que arrancaba sólo quería trapo. Fue el derecho su pitón, el más rematado. Por ahí empezó Ponce una faena de más a menos, con un par de tandas bien hiladas, menor aplomo por el zurdo y pérdida de fondo de ambos de mitad para adelante.

A El Cid le tocó el mejor toro de la tarde. Cayó el segundo. ¡Bingo! Apretó en el caballo y derramó embestida en la muleta, quería ir más allá de donde iba el engaño, sobre todo por el izquierdo. Su pitón más rotundo. Si tuvo un pero el toro fue que no acabó de hacerlo entregado por abajo, pero dejaba estar a gusto, siempre y cuando hubiera mando. Anduvo Cid queriendo, algo eléctrico por la derecha, sin acabar de alargar el viaje, y más entonado por el zurdo aunque a la mínima le desbordaba. El trofeo vino después. En el quinto. Cuando hundió la espada con convicción. En la misma yema prendió Cid el acero. Este Ventorrillo sí que no perdió el tiempo en humillar, se desplazó con nobleza todo lo que quiso el matador, aunque con la cara alta, a la misma altura que llevó El Cid la muleta. Se encajó más con la derecha, antes de que perdiera el hilo, y la muleta, con la zurda. Arregló el entuerto con unos circulares que ponen en circulación el trofeo.

A El Fandi le cayeron en suerte, o en mala suerte, dos toros cortados con el mismo patrón. Orientados, sabedores de que justo detrás de la muleta quedaba algo, alguien, y tenían cierto interés por descubrirlo. Tan sólo se pudo lucir con las banderillas y con esa manera que tiene de dominar al toro una vez que ha clavado los palos. Eso lo borda. Después, sólo pudo solventar la papeleta sin desentonar. Un día después los ecos de la faena de El Juli seguían «Si lo mata bien le dan el rabo». Qué tarde más distinta la de ayer, qué coraje haber llegado tarde...


El cartel de hoy
Toros de Daniel Ruiz para Manolo Sánchez, El Juli y Leandro