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La recuperación española en vilo por culpa del conflicto en Libia

España, como medio mundo, mira al conflicto de Libia como una oportunidad para la democracia pero también como un obstáculo para su incipiente recuperación económica por las negativas repercusiones que ya está teniendo sobre el precio del petróleo.

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Más allá del crudo, las relaciones comerciales entre España y Libia son casi inexistentes. De hecho, en 2008, las exportaciones hacia el país norteafricano apenas si sumaron 94 millones de euros, según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores. Las compras, sin embargo, alcanzaron los 1.622 millones, que se destinaron casi en exclusiva a la compra de petróleo.

Con el estallido de las revueltas, la producción de crudo de Libia ha quedado paralizada, con lo que España se quedó en un primer momento sin el suministrador del 13% del crudo que consume. Pero el problema, como explican los expertos, no es el desabastecimiento, pues el petróleo que ha dejado de bombear el país norteafricano se puede comprar a otros países como Arabia o México, como de hecho se está haciendo.

Subida
El verdadero problema para España es que la inestabilidad en Libia está presionando al alza el precio del petróleo por el temor a que las revueltas se extiendan a otros países árabes verdaderamente importantes para el mercado del crudo, como Arabia Saudí, que tiene el 20% de las reservas mundiales; y este incremento es el que pone en peligro la recuperación.

La factura que puede dejar una escalada del precio del petróleo puede ser demoledora. Cada diez dólares que sube el barril de Brent, el de referencia en Europa, le cuesta al erario público 6.000 millones de euros anuales. Ayer, cotizaba a 115,64 dólares el barril, frente a los 113,97 a que cerró el pasado viernes.

Tipos de interés

Si el crudo sigue al alza y tira de los precios, las posibilidades de que el Banco Central Europeo no suba los tipos de interés, como tiene prácticamente decidido, son casi inexistentes. Y eso, en un contexto de incipiente recuperación, sería muy negativo para España, pues encarecería los créditos y frenaría el consumo de los hogares. La solución sería no sólo una rápida resolución del conflicto sino que Arabia Saudí abra sus válvulas de producción y añada 700.000 barriles diarios de petróleo al mercado para bajar el precio, una posibilidad que el Centro de Estudios Globales de la Energía (CGES, por sus siglas en inglés) consideró ayer «muy alta» en su previsión mensual del mercado.