Argentina

Todo el poder en sus manos

EL DATO: 54% de los votos Fernández es la primera presidenta argentina en ser reelegida
EL DATO: 54% de los votos Fernández es la primera presidenta argentina en ser reelegidalarazon

BUENOs AIRES- Todo el poder para ella. El difunto Néstor Kirchner jamás soñó con un panorama político tan favorable para su mujer, Cristina Fernández. La presidenta argentina marcó un hito histórico al ganar las elecciones y ser confirmada para un segundo mandato con más de la mitad de los votos, sin apenas oposición.

En 2015 habrán pasado más de doce años desde aquel 25 de mayo de 2003 en el cual Néstor Kirchner llegó a la cima de su carrera política apoyado con poco más del 22% de los votos y con medio Gabinete prestado por su mentor, Eduardo Duhalde. La dinastía de los Kirchner podría perpetuarse aún más en el poder si los cristinistas modifican la Constitución para que la «nueva Evita» vuelva a presentarse.

Ahora todo es posible para el oficialismo. Cristina asumirá su segundo mandato el próximo 10 de diciembre con un poder desconocido para cualquier otro presidente desde la democracia. En los últimos ocho años, el kirchnerismo configuró un sistema que se ramifica en la política, los tribunales, los sindicatos y las asociaciones empresarias. Si se observa el color político de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la fortaleza del kirchnerismo emerge como evidente: sólo tiene cuatro distritos en contra. También tendrá la mayoría en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Éste es el miedo de la oposición. Temen que impulse una reforma de la Carta Magna y opte a una reelección. Fernández ha rechazado este extremo que le colocaría en la senda de Hugo Chávez, pero en cuatro años puede cambiar de idea.
Los electores tampoco le han pasado factura por su batalla contra la libertad de Prensa, centrada en el Grupo Clarín. Todo indica que los argentinos votaron pensando en el bolsillo.
La caja del Estado ha crecido con los dólares de la soja y con el dinero de los impuestos, mientras que la producción y el consumo se mantienen. El país crece a un 8%, aunque también tiene una de las inflaciones anuales más altas del mundo un 25%. Buena parte de este dinero se destina a los programas de asistencia social que han mejorado la vida a muchísima gente. Sin embargo, tras una década kirchnerista y tantos años de bonanza, es preocupante que sigan siendo millones los argentinos que para escapar de una vida mísera dependan de la ayuda del Estado.

Respecto a la política exterior, la presidenta se ha ganado con el tiempo el respeto de sus colegas continentales, pero todavía despierta cierto recelo entre los líderes europeos y el propio Barack Obama. Su figura, como lo era la de su marido, es ambigua. Coquetea con el lado oscuro bolivariano, pero también se alinea con políticas más pragmáticas, al estilo de la ex presidenta chilena Michelle Bachelet o la brasileña Dilma Rousseff.
Veremos si el poder no corrompe a la «viuda del peronismo» y, por el contrario, la ayuda a crecer y posicionar a Argentina en el lugar que se merece.
 

Perfil
La peronista «insumisa»
Una chica linda e inteligente en plena década de los setenta. Una mujer nada sumisa, imparable como una aplanadora. Cristina convivió con la política desde la cuna. De militante peronista a primera mujer en presidir Argentina, pasando antes por senadora.
Cuando ella nació, hacía siete meses que había fallecido Eva Perón. Otra bella y joven mujer que escaló hasta ocupar un alto lugar en el poder. A diferencia de Evita, Cristina se crió en el seno de una clase media y se licenció como abogada.
Pero no fue hasta que conoció a Néstor Kirchner cuando estalló su fervor militante. De su mano llegó a la Casa Rosada. Él ya se fue, pero la sucesión matrimonial
continuará.

 

La oposición, vapuleada
La situación no podría ser más adversa para la oposición. Sin liderazgos consolidados, su representación sufre el impacto de la arrasadora victoria de Cristina y su poder territorial también aparece escaso. Hermes Binner resultó el único que creció en relación con las primarias de agosto y se quedó con la segunda plaza. El ex gobernador socialista aspira a proyectarse como el referente de la oposición. Entre todos representan a la otra mitad de Argentina que no votó por Cristina. Ahora, toca regenerarse.