Bruselas

La UE limita las excepciones a Schengen para evitar el regreso a la vieja Europa

En plena guerra de fronteras en la UE, con propuestas para recuperar los controles internos en casos de oleadas masivas de inmigrantes, y con el restablecimiento de las aduanas anunciado el miércoles por Dinamarca, los Veintisiete lanzaron ayer un mensaje con el que intentaron blindar el espíritu de Schengen, que desde 1995 consagró la Europa sin fronteras.

La Razón
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Para ello, la mayoría de los ministros de Interior, reunidos ayer en Bruselas, respaldaron la propuesta de la Comisión Europea de introducir más claridad y criterios comunes, para limitar los casos excepcionales bajo los cuales se pueden restablecer los controles fronterizos. «La mayoría cree que un país no debería estar en la posición de cerrar las fronteras por sí solo, porque si no, puede provocar una reacción en cadena», advirtió el ministro húngaro, Sandor Pinter, cuyo país ostenta la Presidencia.

Este es el mensaje que la Comisión ha entonado desde que la pasada semana presentó su propuesta de reforma para la «gobernanza» de Schengen. A cambio de introducir una nueva excepción, como pidió Francia, la reintroducción del control fronterizo temporal en caso de flujos masivos o pérdida de control de la frontera exterior, Bruselas quiere que caiga en sus manos la activación de las circunstancias excepcionales en las que se puede cerrar fronteras para evitar abusos.

Eso incluye también las dos excepciones que permite ahora el acuerdo Schengen, en caso de grandes eventos, como un Mundial de fútbol, o de «amenaza pública». La comisaria de Interior, Cecilia Malmström, siguió sin dar muchas pistas ayer sobre sus ideas para «comunitarizar» Schengen, aunque desde su equipo sugieren que la idea es proponer criterios comunes de acuerdo a los cuales la Comisión evaluaría si el cierre de fronteras de la UE está de acuerdo con la legislación comunitaria.

Esta europeización del control de fronteras interno despertó el rechazo explícito ayer de países como Alemania, Francia o República Checa, que quieren que la última palabra en el cierre de fronteras la tengan los Estados miembros. Por su parte, otra minoría que incluye a España, Malta, Chipre y Bélgica señalaron que, en lugar de reformar Schengen para introducir estos cambios, la prioridad debería ser reforzar el control de las fronteras externas y la colaboración con los países árabes, desde donde han partido los más de 28.000 inmigrantes irregulares llegados a Europa recientemente.