Hollywood
Zsa Zsa Gabor viva «para siempre»
Su marido recurre al Doctor Muerte para que «plastinice» su cuerpo
La búsqueda de la inmortalidad y del elixir de la eterna juventud es uno de los deseos ocultos de la mayoría de las «celebrities». Los retoques estéticos y los tratamientos «antiaging» están a la orden del día, pero lo que los médicos no habían logrado era la perpetuidad hasta que llegó el profesor alemán Gunther von Hagens, más conocido como Doctor Muerte, que ha logrado «plastinizar» cadáveres humanos. Esta técnica ha sido muy criticada a raíz de la exposición «Mundos corpóreos» que ha recorrido numerosos países y en la que se pueden observar con detalle cada uno de los músculos del cuerpo humano una vez muerto.Los famosos no han tardado en considerar esta nueva técnica y la primera que puede pasar a formar parte de la colección de Von Hagens es la actriz de 93 años Zsa Zsa Gabor.
En cuatro fases
La diva del Hollywood de los 50, que ya se encuentra en su casa, fue ingresada hace unos días en un centro médico de Los Ángeles del que no ha dejado de entrar y salir durante el último mes a partir de una fractura de cadera. El cuidado de su estética ha sido una de sus señas de identidad. Sin embargo, esta vez ha sido su noveno marido –Gabor es la única actriz que ha superado a Elizabeth Taylor en número de matrimonios– el que quiere que su esposa «viva eternamente», según declaró al diario alemán «Bild». El príncipe Frederic Anhal, que también es una «celebrity» en el país germano, quiere «plastinizar» a Zsa Zsa.
El Doctor Muerte es uno de los pocos «artistas» que saben realizar este procedimiento en el que «se puede invertir más de un mes de trabajo», como explicó a LA RAZÓN el catedrático de medicina legal Luis Frontela. Para realizar este tipo de intervenciones se han de cumplir una serie de requisitos entre los que destaca la autorización no sólo de su esposo, sino también de las autoridades sanitarias del país. «El proceso –como indica el especialista– debe pasar por cuatro fases sin prescindir de ninguna». La primera se centra en evitar la putrefacción del cuerpo y para ello se le inyectan, a través de la arteria femoral, líquidos conservantes.
Deshidratar todos los órganos es el segundo paso, y se consigue gracias a la utilización de alcoholes de 70 y 80 grados. Para obtener el característico cuerpo «plastinizado» es necesario llegar a la tercera fase, en la que «se integran polímeros como la silicona o el caucho –anteriormente teñidos– utilizando técnicas de vacío». Para lograr la figura perfecta, el último paso es colocarle los postizos como las pestañas y la peluca y darle olor ya que, a diferencia de las técnicas de embalsamamiento, los cuerpos «plastinizados» no huelen.
Otro de los avances de este inusual proceso forense es la posibilidad de rejuvener al fallecido, ya que al moldear cada músculo se pueden corregir arrugas y flacideces. «Este proceso, cuyo precio mínimo son 6.000 euros, aunque duradero, no es eterno», añade Frontela.
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