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Jurado: último capítulo de la fuga de talentos

El centrocampista se marcha del Atlético con una oferta de 13 millones de euros.

El flujo de futbolistas españoles hacia Europa no cesa y José Manuel Jurado (Sanlúcar de Barrameda, 1986), un sobresaliente medio centro del Atlético, aceptó la oferta del Schalke 04 alemán, enganchado al anzuelo de los euros, la titularidad y un mejor futuro.

Jurado es el último protagonista de la corriente que en los últimos años arrastra a los jugadores españoles hacia Europa.

Guti, Raúl, Pablo Ibáñez, Silva o César Navas, entre otros, metieron este verano pasaporte y diccionario en sus maletas, en busca de un futuro mejor lejos de nuestras fronteras.

Luis García (Rácing) fichó el lunes por una temporada con el Panathinaikos griego y hoy es Jurado, de 24 años, quien intentará adaptarse a otro fútbol, a otras costumbres e idioma, como hace un par de años hicieran Dani Güiza, Míchel Salgado, Fernando Torres o Pepe Reina.

Con Jurado, la lista de 'emigrantes' sigue creciendo. Su nuevo club, el Schalke, es el mismo equipo en donde Raúl González ha encontrado continuidad a su carrera.

Contratos suculentos y promesas cargadas de minutos de juego es el mismo cebo que hizo picar a Guti el anzuelo del Besiktas turco, a Raúl el del Schalke y a Silva el del Manchester City. Jurado es el último de los capítulos de la fuga de talentos.

Europa nunca ofreció como en la actualidad tantos alicientes a los futbolistas españoles. Tradicionalmente, la política de fichajes de los clubes de España solamente incluía la importación de jugadores extranjeros. Los jóvenes valores locales nunca abandonaban sus colores, y las estrellas nacionales, cuya luz se iba apagando, concluían su vida deportiva con un partido homenaje en el estadio que les vio triunfar.

En menos de una década, la tendencia ha cambiado. Los intermediarios rastrean el mercado europeo y las ofertas para los futbolistas españoles se multiplican, incluso por Internet (Jorge Prado buscó así club en Chipre).

"Pescar"futbolistas en España sale ahora rentable. En Inglaterra o Grecia, cuyas Ligas están pobladas de jugadores nacionales, tienen muy clara esta situación y ahora parece que también en Alemania, con los desembarcos de Raúl y el reciente de Jurado.

Lo que antes parecía una rara excepción, como fueron los fichajes a comienzos de la década de los 60 de Luis Suárez, por el Inter de Milán, o de Joaquín Peiró (Torino, Inter y Roma), en la actualidad a nadie extraña la diáspora que conduce a nuestros futbolistas a destinos dispares.

Rusia, Turquía, Rumanía, Armenia, Holanda, Escocia, Portugal, Grecia, Italia, Francia, Inglaterra o Alemania ya se acostumbran a ver en sus estadios a futbolistas de España.

Suárez, Peiró o Luis del Sol (Juventus y Roma, entre 1962 a 1972) fueron rara avis en una Liga de fútbol proteccionista. Después, en la década de los 90, los periplos de Rafael Martín Vázquez por Italia, Francia, México y Alemania, o del bilbaíno Gaizka Mendieta (Italia e Inglaterra) quedaron en esporádicas aventuras.

Sin embargo, la prontitud con que los cazatalentos del Arsenal inglés ficharon a Cesc Fábregas en 2003, arrebatándoselo al FC Barcelona de su cantera, fue el inicio serio de un cambio de tendencia.

Los fichajes de jóvenes jugadores como Cesc, y el posterior del emergente delantero del Atlético Fernando Torres (Liverpool), se alternaron con las contrataciones de futbolistas españoles en plena madurez profesional.

Dani Güiza, delantero de la selección española campeona de Europa, fichó por el Fenerbache turco, y el cancerbero Pepe Reina cambió al Villarreal por el Liverpool.

Más recientemente, Dani Silva dejó el Valencia por una buena oferta del Manchester City; Guti cambió la camiseta 'merengue' por la también blanca del Besiktas y Raúl, el buque insignia del Real Madrid, recalaba con 33 años en el Schalke 04.

Jurado cierra, por el momento, el capítulo de futbolistas errantes. El centrocampista se marcha del Atlético con una oferta de 13 millones de euros, que aliviará la caja del club madrileño.

Otro talento genuinamente español como el del gaditano Jurado no pudo resistir la tentación: tendrá una ficha anual cuatro veces superior y mayores posibilidades de figurar en un once inicial.