Estreno

«Drácula 3D»: Sin colmillos

Dirección: Dario Argento. Intérpretes:Thomas Kretschmann, Asia Argento, Rutger Hauer, Unax Ugalde. Italia-Francia-España, 2012. Duración: 109 minutos.Terror.

«Drácula 3D»: Sin colmillos
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En una entrevista publicada en el libro «Spaghetti Nightmares», Dario Argento se despachaba a gusto con el «Drácula» de Coppola, tachándola de falsa, hipócrita e impura. No es extraño, a la luz de este «Drácula 3D» que acaba de manufacturar, que soltara tamaños improperios. En su cabeza, el más sofisticado creador de formas del «giallo», el cineasta que desafió la lógica interna del relato entregándose a una sinfonía de colores, ruidos, música estridente, close-ups y espacios que parecían diseñados por Escher, ha hecho una adaptación fiel al espíritu romántico de la novela de Stoker sin disfrazarlo de la cursilería expresionista de la versión de Coppola. Para la mirada mundana de cualquier espectador ha hecho simplemente una mala película, un subproducto anacrónico, que pertenece a la época en la que el cine fantástico hispano-italiano desnudaba a sus heroínas en decorados de cartón-piedra.

Nada en contra de ese cine, que respondía a un contexto y a una manera de entender la serie Z. Argento trabajó en ese entorno industrial sacando lo mejor de sí mismo. El problema no es que «Drácula 3D» sea un subproducto, sino que nace con la intención de legitimar una carrera que ha perdido su brío, con el oportunista añadido de la tecnología tridimensional. Sus pretensiones agravan su desubicación, su ritmo alicaído, los diálogos que parecen chivados por un apuntador, la cara de persistente estupefacción de Thomas Kretschmann como Drácula, la transformación en un insecto gigante (¿) … Por no tener, no tiene ni encanto «camp». ¿Cómo es posible que Argento se permita el lujo de desaprovechar a un director de fotografía como Tovoli? Desde mi más rendida admiración a buena parte de su obra, sólo puedo decir que es una película penosa.