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McEwan se calienta

El escritor parodia con humor el cambio climático en «Solar»

McEwan se calienta
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El problema al final es el calentamiento global. Es el de la especie. Puede que el calor permanezca, no se enfríe en las heladas aguas del Ártico mientras el mundo se siente amenazado por su propio fin. O no. O puede que el cambio climático resulte una comedia, un relato colectivo que la humanidad se cuenta a sí misma para justificar el sin sentido de la vida. La nueva novela de Ian McEwan, «Solar», parodia el discurso medio-ambiental y la defensa del planeta Tierra al tiempo que pone en discusión su veracidad con un protagonista en el declive de la mediana edad. Beard es un físico; es decir: entiende que el «mundo existiría igual si no existieran los hombres y las mujeres y sus tristezas». Pero no es un físico cualquiera: ha ganado el premio Nobel por haber descubierto una manera de producir energía sin provocar desastres ambientales. Por eso también lo han premiado en su país: tiene un buen nivel de vida, asesora empresas, da conferencias y sirve al Gobierno británico en materia de nuevas tecnologías. Su vida personal, sin embargo, está al borde de la hecatombe. Se ha separado cuatro veces, bebe y es mujeriego. Le crece la barriga pero las chicas siguen encontrándolo sexy. Acaba de separarse. Esta vez de Patrice, su esposa. Y él lo acepta.


Un producto social
Hasta que un día ella se va y Beard emprende un viaje al Polo Norte para olvidar y comprobar los efectos del cambio climático. Ni siquiera allí, piensa, puede dejar de pensar en el sexo. Con estos elementos, otro autor habría compuesto una novela científica o una trama costumbrista, pero no: McEwan ha optado por enfrentarse a un tema actual desde otra posición. «Solar» circula por ambas direcciones: es una novela redonda, precisa, que examina el discurso de la ciencia desde su flanco más débil: como un producto social, una convención de unos usos lingüísticos que intentan nombrar una realidad que es inalcanzable. La novela sostiene el argumento con datos, informaciones y material perfectamente apropiado de la ciencia, pero apoyada por un personaje que funciona como un prototipo adecuado del ser humano en el siglo XXI: un sujeto escindido entre el discurso formal y la realidad constante, abierta, aleatoria, cómica.


«Solar»
Ian McEwan
Anagrama
360 páginas. 19,50 euros.