Santiago de Chile

Chile descubre los horrores de sus cárceles

Cientos de familiares que esperan hoy ante la cárcel chilena de San Miguel donde murieron quemados 81 reos tras un motín y un posterior incendio, atacaron a pedradas a las autoridades, según periodistas y testigos presenciales.

Los familiares de los presos atacan a las autoridades
Los familiares de los presos atacan a las autoridadeslarazon

Desde hace un año Chile va de desgracia en desgracia. Terremotos, accidentes en las minas y, ayer, un incendio que acabó con la vida de 81 presos. Además, otros 21 resultaron heridos por el fuego que se desató ayer de madrugada en la cárcel de San Miguel, en Santiago de Chile, sin que todavía se sepa exactamente cuáles fueron las razones.

La crisis, que comenzó a las cinco de la mañana, al parecer por una riña entre los reclusos de una de las galerías del recinto, fue grabada en un móvil por un reo. «Se escuchaban los gritos de los presos quemándose», informó la televisión estatal, aunque sin mostrar el vídeo. Las muertes se habrían provocado en su mayoría por asfixia. Siguiendo esta hipótesis, representantes del Ministerio Público informaron de que en el sitio de los hechos se encontraron estoques (barras de hierro cortantes) y alcohol artesanal, el cual se presume que habría detonado el origen de la tragedia.

¿Negligencia policial?

Los familiares de los afectados, muchos de los cuales tenían ayer jornada de visita, rodearon el penal, que es fuertemente resguardado por policías. «No nos tengan así, díganos qué pasó», dijo María Cárdenas, allegada de un preso.

Mientras tanto el ministro de Salud, Jaime Mañalich, señaló que el incendio es quizá la tragedia más importante en la historia del sistema carcelario. «Es una enorme desgracia. Probablemente, la más importante en la historia de nuestro sistema», afirmó.

Los familiares de los reclusos acusaron a Gendarmería de obstaculizar la entrada de los bomberos al penal, ubicado en una zona de clase media baja de la capital. La versión fue confirmada en Twitter por los bomberos, quienes tras controlar el incendio dijeron que fueron llamados dos horas después del inicio del fuego.

Una de las principales pesquisas que desarrolla la Policía de Investigaciones es dar con la persona que a las 5:48 horas alertó a los bomberos a través de una llamada de móvil, pues se especula que no habría sido personal de Gendarmería. Algunos supervivientes explicaron a la emisora Radio Cooperativa que grabaron vídeos con sus móviles que demuestran que los funcionarios no accedieron a abrir las rejas tras originarse el incendio y que incluso se reían ante las súplicas de los reos. Según los internos la causa del fuego habría sido un fallo eléctrico. Ante esta situación, los presos que todavía permanecían dentro amenazaron con un nuevo motín si la situación carcelaria no mejoraba.

Añadiendo más leña al fuego, Pedro Hernández, presidente de la Asociación de Funcionarios Penitenciarios, denunció que sólo trabajaban cinco guardias para vigilar a 1.900 internos. Además, la prisión sólo tenía capacidad para albergar a 1.100 presos.

Sin embargo, el presidente chileno, Sebastián Piñera, negó esta versión. «Había 26 gendarmes en el perímetro exterior y seis gendarmes en el interior, lo que por supuesto no es suficiente», reconoció. Y agregó que «Chile no merece un sistema carcelario como el que tenemos, la situación penitenciaria en nuestro país no resiste más. Nuestro sistema es absolutamente inhumano y un atentado a la dignidad del país».

En sintonía el jefe de operaciones de la Cárcel de San Miguel, el coronel Jaime Concha, aseguró que «se actuó oportunamente y con prontitud» ante la sobrepoblación que presenta el penal.
Además, la Iglesia católica emitió ayer una nota en la que manifiesta que «la realidad carcelaria sigue siendo una herida pendiente en la sociedad chilena» y recuerdan las reflexiones que habían hecho en julio sobre el sistema penitenciario. El 15 de octubre el Gobierno aprobó la construcción de tres nuevos penales.


Motines y violencia
El sistema penitenciario chileno tiene un problema recurrente de hacinamiento en las cárceles. Las que peor se encuentran son las de Santiago, como la antigua Penitenciaría, donde hay unos 6.000 reclusos cuando no se deberían superar los 3.000. Las autoridades intentaron resolver el problema privatizando las prisiones. Sin embargo, la seguridad penitenciaria está en manos de Gendarmería, y sus integrantes llevan tiempo reclamando una mejora en sus condiciones cuando la cantidad de internos supera los límites establecidos. Piñera ha presentado un plan para mitigar el hacinamiento.