El número de Erasmus se mantiene pese a pagar la matrícula completa

Valencia- La medida anunciada por la Conselleria de Educación, Formación y Empleo de que los estudiantes extranjeros pagarían la totalidad de la matrícula para recibir clases en las cinco Universidades públicas valencianas no ha echado para atrás a más de 7.000 jóvenes de todo el mundo que han solicitado plaza en una de estas instituciones.

De tal cantidad, más de 4.000, en su mayoría Erasmus, han sido aceptados en una de las cinco instituciones que se distribuyen por toda la región y, durante el próximo curso, entrarán a formar parte del alumnado de instituciones como la Universitat Politècnica de Valencia (UPV), la Universitat de València (UV), la Universidad de Alicante (UA), la Universitat Jaume I de Castellón (UJI) y la Miguel Hernández de Elche (UMH).

Estos datos se recogen en el Informe Anual de Preinscripciones elaborado por este Departamento y en el que se pone de manifiesto que, aunque se eliminen ciertas becas y subvenciones, el número de interesados no ha variado en los últimos años.

Y es que parece ser que la posibilidad de sufragar el cien por ciento de la matrícula si se es extranjero o sino se ha obtenido ningún tipo de los subvenciones que financian estas estancias, no se ha convertido en un impedimento para venir a la Comunitat. Una gran parte de estos estudiantes se decantan por cursar el Grado de Medicina.

En segundo lugar de preferencia se encuentra Enfermería y, después de ella, Psicología.
Finalmente, Arquitectura, Criminología y Odontología también son muy requeridas. De esta forma, se deduce la alta calidad de los estudios especializados en Ciencias de la Salud en la Comunitat. De estos nuevos «estudiantes valencianos» más de la mitad, unos 2.300 alumnos, son mujeres. El resto, 1.900, son hombres.

La UA aprueba un nuevo plan de ahorro
La Universidad de Alicante (UA) ha sido la última institución académica que ha sentado las bases del ahorro y la racionalización para el próximo curso. El Consejo de Gobierno aprobó ayer un plan de ahorro para asegurar la viabilidad de este organismo. En él, y tal y como ya hizo la Universitat Politècnica de València (UPV) se eliminan los incentivos de las prejubilaciones, se reducen el número de altos cargos -lo que permitirá un ahorro de medio millón de euros- y se creará una central de compras para optimizar los recursos ya existentes. En materia tecnológica, se acordó el uso de «software» libre y el reciclaje y la reutilización de equipos.