Ámsterdam

Tratamientos prometedores para esclerosis múltiple

Tratamientos prometedores para esclerosis múltiple
Tratamientos prometedores para esclerosis múltiplelarazon

Poco a poco se superan algunos de los escollos en Esclerosis Múltiple (EM), una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente a jóvenes y mujeres. A pesar de que aún se desconoce la causa de su aparición, la EM está logrando dotarse de un abanico de tratamientos prometedores. De seguir así, Rafael Arroyo, director de la Unidad de EM del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, asegura que en cinco años podría contarse con cinco fármacos nuevos. Hoy, una de las novedades presentadas en el V Congreso Común del Comité Europeo para el Tratamiento y la Investigación en Esclerosis Múltiple (Ectrims) celebrado en Ámsterdam se refieren a la neuroprotección del cerebro y a la protección de los afectados.

Los resultados de dos estudios en fase III –Transforms y Freedoms– aportan datos sobre la eficacia de fingolimod, (comercializado como Gilenya por Novartis). «Disminuye los brotes entre un 52 y un 54 por ciento y en pacientes especialmente activos muestra una eficacia del 71 por ciento», concreta el vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y jefe del servicio de Neurología del Hospital Basurto, Alfredo Rodríguez Antigüedad. El fármaco, que ya se emplea en países como Estados Unidos, Japón o Alemania y en breve estará disponible en España, tras el visto bueno del Ministerio de Sanidad, podría mejorar la adherencia al tratamiento. «Es más cómodo para viajar que el tratamiento sea en pastillas y no en inyecciones. Además, al ser una única pastilla diaria, podría mejorar la adherencia al tratamiento», añade Celia Oreja, directora de la unidad de EM del Hospital La Paz de Madrid.

Otro avance, todavía en investigación primaria, se refiere a la relación de la EM con el aparato digestivo. «Se ha observado que en un modelo rata sin flora bacteriana se tiene menos posibilidades de desarrollar la enfermedad», explica Oreja. Por ello, y aunque todavía se trabaja con modelos animales, la neuróloga asegura que es una vía de investigación «importante», ya que permitiría tratar a los pacientes «no sólo con inmunomoduladores sino también con antibióticos».