El difícil objetivo de crear empleo

La prioridad del Gobierno es crear empleo, pero el escenario de recesión complica el logro de las condiciones imprescindibles para ello: el comprometido control del déficit al 4,4% de este año y al 3% en 2013, marcados por Bruselas, así como el crecimiento del 2,3% previsto por el Ejecutivo de Zapatero.
Por eso, el Gobierno llevará a cabo reformas estructurales que se aprobarán en los próximos consejos de ministros hasta conseguir conjugar esos no previstos 40.000 millones de euros. Pero además de ir moviendo la maquinaria de la Administración española que como un elefante es pesada y lenta, los españoles esperan visibles medidas de austeridad por parte de la clase política que van más allá de una reducción de altos cargos en el Ministerio de Presidencia o en Sanidad o de una ley que simplifique los organismos reguladores.
Por ello haría falta alguna determinación más visible para los ciudadanos que en este momento ven a la clase política como una élite privilegiada que no sufre las consecuencias de sus propios errores, aunque los autores fueran de otro partido.
En cambio, comprueban que los autónomos o los trabajadores que tienen la fortuna de no formar parte de los más de cinco millones de desempleados sufren una subida de impuestos sin haber tenido ni arte ni parte en los errores cometidos por unos políticos que se van de «rositas», porque no está tipificado penalmente su actuación negligente e irresponsable con el dinero público.
La situación puede cambiar para los gobernantes actuales si sale adelante la propuesta de Montoro, pero no para los anteriores porque la ley no puede ser retroactiva.