Los Reyes Magos llenan la Comunitat de regalos

Desde bien temprano, los más pequeños, acompañados por sus familias, empezaron a ocupar las calles. Entre nervios e ilusión, esperaban la aparición de los Reyes Magos, venidos desde muy lejos para repartir toneladas de caramelos y juguetes entre los miles de niños valencianos que aguardaban la aparición de los Magos.

En Valencia, Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron en un catamarán, donde ya les esperaban centenares de niños. Defilaron por las calles de la ciudad acompañados de un séquito de más de dos mil personas.

Ayer ningún niño se quedó sin regalo ya que, durante los días previos, los pajes reales se encargaron de recoger las cartas de todos los niños para hacer llegar a Sus Majestades las ilusiones y los deseos de lo más pequeños.

La cabalgata real de la capital dio comienzo a la hora esperada, las seis de la tarde, en el Paseo de la Alameda, donde el concejal de Fiestas, Félix Crespo y la Fallera Mayor Infantil de Valencia, Carmen Monzonís, recibieron a los Magos. Durante el recorrido, los pajes y los Reyes repartieron más de 10.000 caramelos entre todos los asistentes, que llevaban horas en la calle a pesar del frío.

Eran las siete y cuarto cuando el séquito real entraba en la Plaza del Ayuntamiento, abarrotada de niños ilusionados y ansiosos por ver a Sus Majestades. Acompañados por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, visitaron el nacimiento del Niño Jesús. Después, Melchor, Gaspar y Baltasar fueron izados en una grúa de los bomberos hasta el balcón principal del Consistorio, desde donde saludaron a todos los presentes, poniendo así punto y final al desfile más mágico del año.

La entrega de regalos tuvo lugar en el interior del Ayuntamiento de Valencia, en el Salón de Cristal. Allí, los Reyes Magos, acomodados en sus tronos reales, recibieron a todos los niños que quisieron acercarse a saludarles y les obsequiaron con un presente. Pero no sólo hubo cabalgatas en la ciudad de Valencia. El poder de los Reyes Magos hizo posible que todos los niños, fuesen de donde fuesen, pudieran ver en la tarde de ayer a Sus Majestades. Para ello, usaron todos los medios de transporte posibles, barcos, helicópteros, coches, camellos e incluso el metro. Todo para que ningún niño se quedase sin regalo en una tarde tan especial.

 Así, las provincias de Alicante y Castellón también tuvieron sus Cabalgatas Reales. Una de las más esperadas fue la de Alcoy, la más antigua de España, que cumplió ayer su 126 aniversario. No faltó a esta cita la consellera de Cultura, Trinidad Miró, que afirmó haber iniciado los trámites para declarar la Cabalgata de Alcoy como Bien de Interés Cultural.

Melchor, Gaspar y Baltasar hicieron su aparición estelar en Alcoy con 20 minutos de retraso, montados sobre dromedarios y acompañados por antorcheros y bandas de música. Más de mil figurantes completaban el séquito real. Este año, Sus Majestades estrenaban coronas, ya que las anteriores fueron cedidas para una exposición navideña.

Las calles de Alcoy registraron una masiva afluencia de familias que no querían perderse la llegada de los Magos. Pero, sin duda, lo que año tras año hace que la cabalgata alcoyana sea tan especial, es la entrega de los regalos. Y es que en esta ciudad alicantina, los pajes reales suben a los balcones, con escaleras de madera, para entregar personalmente los regalos a todos los niños de la ciudad.

En Alicante, Sus Majestades fueron recibidos con bengalas y confetis. Estuvieron acompañados por músicos, personajes de fantasía, hadas y zancudos, un séquito de más de 1.500 personas. El desfile comenzó en la Plaza de Toros de Alicante con un espectáculo de fantasía, y finalizó en la Plaza del Ayuntamiento, donde los Reyes Magos fueron recibidos por la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo. Desde el balcón del Consistorio, saludaron a todos los presentes.

Plazas y calles abarrotadas en todas las ciudades de la Comunitat Valenciana. Una estampa que no cambia a pesar de la crisis económica.Y es que en la tarde de ayer, Melchor, Gaspar y Baltasar consiguieron que muchos aparcaran los problemas y disfrutaran de la alegría y la ilusión de los más pequeños.