Pekín
Natación/ Erika Villaécija consigue el diploma olímpico en la prueba de diez kilómetros
La nadadora española Erika Villaécija logró el diploma olímpico, octava, en la final de 10 kilómetros de aguas abiertas de los Juegos Olímpicos de Londres, disputada en el Lago The Serpentine de Hyde Park, en el corazón de la capital británica, en la que se impuso la húngara Eva Risztov por delante de la estadounidense Haley Anderson y la italiana Martina Grimaldi, plata y bronce, respectivamente.
Eva Risztov, la auténtica dominadora de los 10 kilómetros, ganó con 1 hora, 57 minutos y 38 segundos, y sucedió en el palmarés a la rusa Larisa Ilchenko, ausente, en un final casi de 'foto-finish', pues sólo aventajó en 4 décimas a Anderson y en 3,6 segundos a Grimaldi, que se colgó el bronce por apenas 4 décimas respecto a la ídolo local y gran favorita, la británica Keri-Anne Payne. Villaécija llegó 1 minuto y 11 segundos después.
La catalana no aparecía sobre el papel en el pelotón de las favoritas, al menos para la organización, que ni la mencionaba en la previa que ofrece a los medios en la sala de prensa. "¿No hablan de ella? Mejor", apuntó el presidente de la Federación Española de Natación (RFEN), Fernando Carpena, como invocando a la sorpresa mientras buscaba un lugar en la grada, frente al lago, en el que el agua estaba entre 19,8 y 20,5 grados.
La nadadora del Club Natación Sant Andreu se asomó al grupo delantero en las primeras vueltas. Fue quinta en la primera de las 6 vueltas a un circuito de cerca de 1,7 kilómetros, a 2,3 segundos de la húngara Risztov; séptima, a 5,5 segundos de la estadounidense Haley Anderson, en la segunda, con la gran favorita, Keri Anne Payne, subcampeona olímpica en Pekín, también en cabeza para el delirio de la hinchada británica.
Sin embargo, Villaécija, que también participó en Londres en los 800 libres, en el Aquatics Centre, pero no alcanzó la final, novena en los 10 kilómetros en el Mundial de 2010, no pudo soportar el ritmo que impuso durante toda la prueba la húngara Risztov, a la que seguían la italiana Grimaldi y la norteamericana Anderson, que habían hecho un corte respecto al resto de rivales, junto a Payne, que cerraba el quinteto cabecero.
La barcelonesa pasó decimotercera y decimocuarta a cerca de 10 segundos (8,9 y 10,9) de la cabeza en los giros tercero y cuarto, y comenzó la remontada (novena, a 17,3) en la penúltima vuelta al lago. Sólo necesitaba superar un puesto para lograr el diploma olímpico y Villaécija logró el objetivo que se había marcado, con un octavo puesto en una carrera en la que el podio se decidió por un suspiro y los británicos quedaron desconsolados por el cuarto puesto de Payne.
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