España país con dos ligas por Julían GARCÍA CANDAU

La Liga española de Primera es modelo de singularidad. La componen dieciséis sociedades anónimas y cuatro clubes deportivos (Barcelona, Madrid, Athletic y Osasuna). Hay, de partida, dos modelos jurídicos y, consecuentemente, dos modos distintos de administración. Las sociedades anónimas tienen su patrimonio repartido entre sus accionistas. Los clubes no son de nadie y son de sus socios. Las primeras están obligadas a ampliar capital si es necesario y las segundas, en teoría, cuentan con el aval de los presidentes quienes, para aspirar a la elección, se comprometen a administrar con tino o a responder económicamente.
En la Liga hemos conocido, en clubes y sociedades anónimas, casos en los que era aplicable la querella por delito societario y no recuerdo que se haya dado un caso. No me consta que a ningún dirigente de club se le haya obligado a responder con el aval. El campeonato español no se distingue por la solidaridad en ninguno de los posibles aspectos aplicables al manejo de los dineros. Cada club tiene contrato individual con la televisión de turno con lo que la gran tarta queda en manos de dos. Los demás recogen migajas. La teoría se fundamenta en que Madrid y Barcelona tienen más audiencia. La realidad indica que los dos solos no pueden ingresar millones si para ello no cuentan con al colaboración de Osasuna, Sporting o Sevilla. Madrid y Barça no juegan solos, pero lo parece. No existe, como en Inglaterra, el contrato conjunto y el reparto proporcional. Se explica que haya dos ligas.