Crisis económica
El problema es Z
Zapatero ha cambiado una parte de su Gobierno. Ayer había coincidencia casi generalizada en que se echa en manos de Rubalcaba y también de Ramón Jáuregui para remontar la situación actual. Dicen los expertos zapaterólogos, hasta donde es posible conocer al personaje, que de lo anterior se desprende que Zapatero se ha fijado como objetivo fundamental para esta recta final de la legislatura lograr que ETA deje las armas y que se acabe este problema. Puede ser. También resulta evidente que ha apostado por dos personas que fueron piezas importantes en el «felipismo», un dato a tener en cuenta. Junto a eso, y para equilibrar la balanza, se ha rodeado de dos políticas muy vinculadas a él: Trinidad Jiménez, que asciende al Olimpo de Asuntos Exteriores, y Leire Pajín, que pasa a Sanidad y a Igualdad (me pongo en lo peor). Mención aparte merece lo de Valeriano Gómez a Trabajo, en lo que se considera un guiño muy claro a los sindicatos. Éste deberá lograr un equilibrio imposible: atender a las quejas y reivindicaciones de los sindicatos, sin poner en riesgo las medidas de política económica que nos han llegado impuestas desde fuera. Espero que alguien me explique cómo se hace eso. En el resto del equipo económico tan sólo hay un cambio: la salida de Elena Espinosa como ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, que es sustituida por Rosa Aguilar, a la que no se conoce experiencia en esos asuntos. Sin embargo, dicho lo anterior, es importante destacar que, aunque el Gobierno parece tener más peso político que el anterior, se trata de un parche, porque el problema está en la cabeza, en Zapatero. Y él continúa.
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