Dívar niega haber pagado su estancia en un hotel de lujo con cargo al CGPJ

Madrid- Sorpresa, malestar, prudencia, pero también máxima confianza en la actuación de la fiscalía general del Estado. Así recibieron gran parte de los vocales del Consejo General del Poder Judicial la denuncia presentada por el consejero José Manuel Gómez Benítez –nombrado por el PSOE y ex abogado de Baltasar Garzón– contra el presidente de esa institución, Carlos Dívar, por una supuesta por una supuesta malversación de fondos públicos por cargar gastos propios como oficiales en viajes privados.

En concreto, el vocal acusa a Dívar de haber pagado con fondos públicos, por un valor de cerca de 6.000 euros, el importe de una habitación en un hotel de lujo de Marbella y varias cenas en esa misma localidad durante seis fines de semana.

Algunos vocales, así como el propio Carlos Dívar, tuvieron conocimiento de esa denuncia porque se les informó de ello desde la propia fiscalía general del Estado la noche del mismo martes, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes jurídicas. Gómez Benítez no informó de ello al órgano colegiado del que forma parte.

Sobre la denuncia en sí, el presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, aseguró en un comunicado oficial que asumió los gastos personales de sus viajes y que todos han sido «tramitados legalmente con la fiscalización de la interventora delegada de la Intervención General del Estado, una vez comprobada la corrección del gasto».

Además, aseguró que cuenta con «recibos» de todos los gastos realizados durante sus viajes y añadió que la cantidad «es una miseria». «Los gastos que he hecho y los gastos institucionales no son en absoluto cuantiosos y están perfectamente distinguidos, así que esta denuncia puede responder a situaciones que yo desconozco en estos instantes», indicó.

Por otro lado, algunos vocales recordaron ayer a este periódico que José Manuel Gómez Benítez ya pidió a finales del pasado año documentación de los gastos de todos los vocales. El tema llegó a abordarse en una Comisión Permanente, cuyos integrantes acordaron poner a su disposición todo lo que les afectaba a ellos, pero que no podían adoptar una decisión sobre todos.