Rajoy: «Hoy como antes el cambio es la reforma»

CÁDIZ- Ante más de 300 invitados, entre ellos los máximos representantes de los poderes del Estado, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recordó la trascendencia de la Constitución de Cádiz de 1812 y la necesidad de su influencia en la sociedad española. En el oratorio San Felipe de Neri, donde se aprobó la promulgación de La Pepa, Rajoy remarcó que, si bien las relaciones actuales entre países son de cooperación –«nuestros enemigos de entonces son ahora sólidos aliados»– dentro de sus fronteras España necesita impregnarse del espíritu de los reformistas.

«Ha de servirnos para actualizar las virtudes con las que los padres constituyentes afrontaron su tarea. Porque virtudes como el patriotismo y el sentimiento de pertenencia a una nación con un proyecto común vertebraron todo el país». Así, el líder del Ejecutivo relacionó, a escasos días de las elecciones andaluzas, las recientes medidas aprobadas por su Gobierno con el espíritu reformista de los liberales de aquella época, que redactaron la Constitución en unas circunstancias adversas, en mitad de una guerra y con la sociedad dividida en liberales y absolutistas. «No hay que tener miedo a las reformas, hay que tener la valentía de hacerlas». Y añadió: «La reforma trajo el cambio, y hoy como antes, el cambio es la reforma». Asimismo, animó a los españoles a buscar la unidad asumiendo sin complejos un sentimiento de patriotismo liberal, de pertenencia a una nación.

Puertas afuera, haciendo alusión al objetivo del ministro de Exteriores, de internacionalizar la Marca España, Rajoy incidió en la necesidad de fomentar nuestras buenas relaciones en el extranjero. Así, recordó la importancia de la cumbre iberoamericana que se celebrará en los próximos meses en Cádiz. Y definió a La Pepa como el simbolismo del «constitucionalismo español e iberoamericano», que sirvió de referencia a otros países. «Fue la primera Carta del Atlántico, el primer compromiso con la libertad en el que participaron personalidades de cuatro hemisferios». Por lo que, a día de hoy, pidió efectividad en las relaciones entre las naciones, y demandó para la próxima Cumbre «conclusiones operativas para mantener el Eje Atlántico».

Rajoy situó a la Cádiz de 1812 en la «ciudad de la utopía, vanguardia del pensamiento y centro del debate del Estado de la Nación», y haciendo un guiño a los gaditanos, aseguró que «ese mismo espíritu con el que Cádiz se abrió al mundo en 1812 impregna todos y cada uno de sus rincones». Espíritu que consiguió que los españoles cambiaran su condición de súbditos por ciudadanos. «Pasaron a ser libres e iguales», recordó, y apoyó su mensaje en las palabras de Álvaro Florez Estrada: «Sin libertad no hay patria».

Precediendo al discurso de Su Majestad Don Juan Carlos, el presidente recordó cómo la Pepa, a diferencia de otras constituciones, hizo que el poder legislativo del monarca se transfiriera debido a la separación de poderes, pero mantuvo una monarquía constitucional. E incidió en la importancia del papel de la Corona en nuestra sociedad, que consideró «más vivo que nunca».

Rubalcaba y Griñán quieren ser «peperos»
En el día del Bicentenario todos quisieron subirse al carro de La Pepa. Rubalcaba recordó que antes, como ahora, «están los liberales que decían: ¡Viva la Pepa!, y de otro lado, los conservadores que en su momento decían: ¡Vivan las cadenas!». Y es que a La Pepa le salieron ayer muchos novios en Cádiz. El candidato del PSOE a la Junta andaluza afeó a Rajoy el uso «partidista» que hizo en su discurso, que tildó de «bacalá electoral». El acto de homenaje coincidió con la recta final de la campaña y los nervios estaban a flor de piel.