México
El español que los mayas esclavizaron
La moda de la novela histórica ha evidenciado su secular carencia en la literatura española, y muy especialmente la epopeya de la Conquista de América. Por numerosas y fascinantes que sean las Crónicas de Indias, los escritores hispanos no han cultivado la gesta, hasta el punto de convertirla en un género épico popular.
Ramón J. Sender escribió la aventura equinoccial de Lope de Aguirre y, a finales de los años 80, Alberto Vázquez-Figueroa se aventuró en la conquista de Nuevo Mundo con «Viracocha», en la que un arcabucero de Pizarro acaba renunciando a su cultura fascinado por el imperio azteca. Siete años después Vázquez-Figueroa volvería sobre la misma idea para escribir la saga de «Cienfuegos» protagonizada por un guanche reclutado por error en la primera expedición de Colón.
En la misma línea de rechazo de la barbarie imperial colonizadora se encuentra «Ojos azules», de Pérez-Reverte, y la recién publicada «Caminarás con el sol», de Alfonso Mateo-Sagasta, ganadora del Premio CajaGranada de novela histórica. Temáticamente están basadas en un hecho singular, la vida del español esclavizado por los mayas Gonzalo Guerrero, un soldado que sobrevivió a múltiples penalidades tras un naufragio en Tierra Firme y que es conocido en México como el conquistador conquistado, padre del mestizaje. Su vida fue novelada por el mexicano Eugenio Aguirre en 1983 y puede considerarse como el contratipo de la Malinche.
En las selvas de Yucatán
En «Caminarás con el sol», la singular epopeya de Gonzalo Guerrero es narrada en primera persona, conreflexiones del esclavo sobre los indios itzaes, su brutales costumbres, su proceso de asimilación cultural con la tribu maya y su enfrentamiento final con Cortés en las selvas del Yucatán contra el derecho de conquista del indio. No resulta raro la identificación del novelista actual con este personaje histórico, tan cercano a nuestra sensibilidad poscolonial. Por muy bárbaros y sanguinarios que fueran los indios, más lo eran los españoles con los nativos. Mateo-Sagasta es profesor de Historia Antigua y Medieval, arqueólogo y con suficientes conocimientos para dotar a este relato de una soberbia entidad literaria y verosimilitud etnográfica. Sin abusar de los referentes de la lengua maya-yucateca ha logrado una vívida recreación del personaje, con buenas dosis de aventuras y una pormenorizada descripción de los ritos y mitos ancestrales mayas. Podría reprochársele dotar a este soldado de criterios morales de nuestro siglo y abordar con una psicología moderna la mentalidad de Guerrero, excesos que no desmerecen el interés de la novela.
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