Javier Sardà
Y ahora con quién trasnochamos
Ironía, humor ácido, debates con invitados algo «frikis», en definitiva, espectáculo. Los «late-shows» aterrizaron en España en 1997 con la coartada de hacer de la franja nocturna la más «golfa» de la parrilla.
Primero fue Pepe Navarro con «Esta noche cruzamos el Mississippi», después Javier Sardá con «Crónicas Marcianas», ambos en Telecinco, y más tarde «Buenafuente» en Antena 3 y La Sexta. También lo probaron en Cuatro con «Noche Hache» y en La 1 con «La azotea de Wyoming». «TNT», «La Tribu», «Abierto hasta el anochecer», fueron otros ejemplos. El último «late-show» que aguantaba en la parrilla, «Buenafuente», se despide de La Sexta al final de temporada y deja huérfanos a los espectadores de un formato que para Alberto N. García, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Navarra, «es más ingenioso que espectacular. Son espacios sencillos que funcionan con invitados y mucho guión, y no creo que sea una fórmula que esté agotada».
Programa heterogéneo
Desde la Agrupación de Te-lespectadores y Radioyentes (ATR), su director de comunicación, Mariano González, advierte de que aunque es un formato muy heterogéneo «puede llegar a aburrir al espectador porque hay demasiado artificio y más abundancia de brocha gorda que de una buena entrevista a una personalidad con méritos relevantes. Aunque tiene seguidores muy fieles, en el caso de ‘‘Buenafuente'' no tiene todos los que esa cadena necesita para colocar publicidad». Los diferentes «late shows» que han quitado el sueño a los españoles nunca han competido. Pese a haber triunfado en T-5, en A-3 Pepe Navarro, con «La sonrisa del Pelícano», no pudo con «Crónicas Marcianas», que se mantuvo imbatible hasta que llegó «Buenafuente» a A-3 y le arrebató el cetro, aunque su espacio sí se enfrentó en la parrilla con «Noche Hache».
«Buenafuente aterrizó con un humor más elegante y unos invitados más atractivos intelectualmente», asegura García, que recuerda que su reinado se intentó derribar con informativos nocturnos o debates políticos sin éxito. Ahora, las repeticiones de series o programas como «Enemigos íntimos» amenazan la creatividad en esta franja, que «sigue vigente y es muy sabrosa, por eso no tardarán en aparecer nuevos reyes de la noche. La televisión es muy proteica y siempre está indagando en nuevos formatos o adaptando las ideas que funcionan fuera», sentencia García.
La cara más provocativa de la televisión
Sólo dos años en antena sirvieron a «Esta noche cruzamos el Mississippi» para ser en un programa de culto. Tras él llegó «Crónicas Marcianas», que estuvo ocho años como líder de la noche. Ambos cultivaron el espíritu transgresor y provocativo propio de este formato. Fueron la cuna de personajes de lo más extravagantes, pero también crearon una cantera de humoristas y actores que no se han encasillado en este género.
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