España

El Gobierno prevé no tener que solicitar la ayuda al BCE este año

Prevé no tener que solicitarla este año porque no necesita financiación y el déficit va bien. Rajoy puntualiza que pedirá la asistencia financiera si convieneal interés general de España

En Moncloa no se dejan de subrayar las buenas señales que vislumbran para 2013
En Moncloa no se dejan de subrayar las buenas señales que vislumbran para 2013larazon

MADRID– La inconsistencia de los principales agentes europeos en el proceso de toma de decisiones arrastra consigo las decisiones nacionales de los países más dependientes de esta agenda comunitaria. Entre ellas, la que afecta a la activación de la línea de asistencia financiera que el Banco Central Europeo ha ofrecido como solución para enfriar la prima de riesgo de los países con un diferencial con Alemania que no se corresponde con la situación real de sus economías.

«La decisión más difícil a veces es no tomar ninguna decisión», sentenció ayer el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el Congreso, durante su comparecencia para informar del último Consejo Europeo. En él, Berlín, cual Penélope que desteje los acuerdos recién tejidos, revisó a su favor la letra de los pactos alcanzados en la anterior cumbre.

Alemania mantiene su negativa a que se active el «rescate». Y, para desbloquearlo, amenaza con condiciones que el Gobierno español no está dispuesto a aceptar en estos momentos. Las conversaciones y las negociaciones al respecto han seguido su curso. Y entre bambalinas la diplomacia española, capitaneada por el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha tanteado incluso el terreno sobre distintas fórmulas alternativas, como la posibilidad de contar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para contener las consecuencias de la intervención del BCE. El objetivo es intentar tenerlo todo lo más atado posible por si al final la situación no deja más margen que ir por el camino de la petición de la asistencia financiera. Antes de las elecciones gallegas y vascas, desde el equipo económico del Gobierno se vaticinaba que el rescate quedaría resuelto en dos o tres semanas. Ahora, cuadrando el resultado de la gestiones exteriores –los recelos de Merkel– y del orden doméstico, el Ejecutivo prevé que puede resistir este año sin tener que llamar a la puerta del BCE.

A su favor alega que nuestra financiación es ligeramente inferior a la que teníamos por estas fechas el año pasado; la previsión de que la economía vaya estabilizándose y repuntando en un escenario en el que el déficit se encarrile y en el que además se culmine el saneamiento del sector financiero; o el hecho de que España haya colocado ya el 96 por ciento de su deuda y, por lo tanto, tenga sus necesidades cubiertas para este ejercicio. A diferencia de Italia, estratégicamente agazapada a la espera de que sea España la que dé el primer paso y de rebote se beneficie así del efecto bálsamo en los mercados.

 En Moncloa se respira tranquilidad con respecto al cierre de 2012 y no se dejan de subrayar las buenas señales que vislumbran para 2013. Destacan, al mismo tiempo, que la prima de riesgo depende de las decisiones nacionales –que entienden que van por el buen camino– y de la política europea –donde el Gobierno también ve la botella medio llena pese al «no» de la canciller, Angela Merkel, a acelerar la unión bancaria y la recapitalización directa de nuestras entidades financieras. Los 200 puntos que le sobran a nuestra prima de riesgo los atribuyen básicamente a lo que queda todavía por hacer para apuntalar el euro.

Rajoy dijo ayer que en el ámbito doméstico ve «cosas positivas», como el superávit en el sector exterior o la reducción en un 3,5 por ciento del déficit estructural. Y también valoró que Europa se mueva, «aunque a un ritmo que a algunos nos puede parecer demasiado lento». «Lo que se está produciendo estos días en la UE es bueno para Europa y para España: hay más proyecto europeo y el euro es más irreversible», sentenció. Pero aun con estas buenas perspectivas, también se cuidó de dejar la puerta abierta a acudir al «mecanismo» del BCE si considera que es bueno para los intereses generales del España. «Si España lo necesita, lo pediré. Lo haré si lo veo necesario, pero se necesita un apoyo unánime» de todos los socios, indicó.

«Las administraciones públicas pueden aguantar haciendo más ajustes, pero el sector privado no puede ser competitivo con la prima de riesgo en 400», admiten desde el equipo económico.