Cataluña

El recorte lleva a no recoger la basura del mar

El Govern suprime el servicio a las puertas del verano por su elevado coste

La ACA recuerda que la mayor parte de la basura se recuperó fuera de la zona de las boyas, lejos de la zona de los bañistas
La ACA recuerda que la mayor parte de la basura se recuperó fuera de la zona de las boyas, lejos de la zona de los bañistaslarazon

BARCELONA- A punto de entrar en el verano y cuando la temporada turística en las playas empieza a arrancar, la Agencia Catalana del Agua (ACA) ha notificado que no usará este verano barcos para la recogida de residuos sólidos flotantes en el mar frente a las costas catalanas. El recorte de este servicio, que tenía un coste de 2,3 millones de euros, forma parte del plan de ajustes de la entidad pública que se encuentra al borde de la quiebra con una deuda de 1.300 millones.
Plásticos, botellas, compresas, colillas, maderas pero también muebles y todo tipo de electrodomésticos flotan frente a las costas catalanas. En 2010, una flota de 39 barcos para la recogida de residuos sólidos recuperó 231 metros cúbicos de basura frente a las costas de unos 70 municipios catalanes. Sin embargo, teniendo en cuenta «su elevado coste por la poca basura recogida, ya que en 2001 se recogieron 1.100 metros cúbicos», el director de la ACA, Leonart Carcolé, anunció así el fin de este servicio.
Según Carcolé, «no afectará a la calidad de las aguas, ya que la mayor parte de la basura se recuperó fuera de la zona de boyas, lejos de la zona de los bañistas». No obstante, la decisión levanta la alerta entre los municipios costeros del Maresme para quienes la noticia llega a las puertas de la temporada turística y sin tiempo de reacción.
Por ello, algunos consistorios, cuyas economías dependen en gran parte del turismo de las playas, estudian ahora mancomunarse para contratar barcos pelícanos. Sin embargo, para tranquilizarles, la ACA asegura que este servicio, que CiU instauró en 2001, podría reanudarse en el caso de se comprobara que hubiera un repunte de la basura flotante.
El director de la entidad, que arrastra una deuda de 1.300 millones, reconoció la importancia de la mala coyuntura económica a la hora de racionalizar el presupuesto de la agencia e insistió que la retirada del servicio se hubiera llevado a cabo a pesar de que no hubiera habido crisis.