Boston

El PP insta a Mas a posponer el pacto fiscal con la crisis como argumento

El PP insta a Mas a posponer el pacto fiscal con la crisis como argumento
El PP insta a Mas a posponer el pacto fiscal con la crisis como argumentolarazon

BARCELONA- Desde que empezó la X legislatura, cada vez que un dirigente del PP visita Cataluña, le toca enfrentarse a la misma pregunta, si el Gobierno está abierto a negociar el pacto fiscal de Artur Mas. La respuesta es siempre la misma, una versión de la frase que hizo famosa Jordi Pujol: «Ara no toca». El vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano, volvió a subrayar que la prioridad de Cataluña no puede ser el pacto fiscal porque la caja está vacía. «Abrimos para pagar y no hay (dinero). Y no hay aquí no porque haya en otros sitios, sino porque no hay en ninguna parte», aseguró.

Sin distanciarse un ápice del discurso que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, hizo la última vez que pisó Catañuña, hace tres semanas para clausurar la reunión del Círculo de Economía, Floriano apeló a Mas a concentrar el cien por cien de los esfuerzos a resolver la crisis. «España se está jugando cosas muy importantes en estas semanas, de manera que hay otras prioridades por delante del pacto fiscal», resumió.

Aval a Sánchez-Camacho
Para evitar enfados y enemistades, Floriano defendió que el PP no cierra las puertas a negociar el pacto fiscal. Además, avaló los planteamientos de Alicia Sánchez-Camacho sobre que Cataluña necesita un nuevo modelo de financiación singular dentro de la Ley Organica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca).

Para reforzar su «ara no toca», expuso los detalles del plan de pago a proveedores, a través del cual el Gobierno aportará a Cataluña unos 3.000 millones de euros para saldar deudas con los proveedores. Floriano concretó que con este dinero, la Generalitat podrá pagar 263.103 facturas y los ayuntamientos 129.149. En total, saldrán ganando, 16.697 proveedores que no cobraban.

 

«ARAGONÉS ORIENTAl»: DEL RESPETO AL LAMENTO
La polémica derivada de la nueva Ley de Lenguas impulsada por el Gobierno de Aragón arrecia. Mientras el vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, pidió respeto para las competencias de todas las comunidades autónomas – «yo soy muy celoso con las de la Generalitat»–, el presidente del Govern, Artur Mas, lamentó que el Ejecutivo de Aragón no defina como «catalán» sino como «aragonés oriental» la lengua que hablan los vecinos. «En vez de proteger el catalán se dediquen a poner dificultades», criticó Mas desde Boston (Estados Unidos), donde se encuentra de viaje oficial. El secretario de Organización del PSC, Daniel Fernández, aprovechó esta polémica para emplazar al presidente de la Generalitat a poner fin a su «entendimiento» con el PP. «Deberían poner punto y final», sentenció.