Lluis Llongueras: «Voy desnudo todo el tiempo que puedo»

–Si las mujeres se arreglan el pelo solas, ¿qué va a ser de usted?
–No es un libro contra mí mismo. Mi método ayuda a la mujer (y al hombre) a salir de casa bien arreglada y a ir a la peluquería ya orientada sabiendo qué estilo le va.

–¿Qué siente cuando ve a un calvo?
–Alegría. Pienso que se lo debe pasar muy bien sexualmente. Los calvos tienen más testosterona.

–¿Usted qué hace a pelo?
–Voy desnudo todo el tiempo que puedo, en casa y en el estudio. Así me siento libre, natural. Nunca me he metido en el mar con traje de baño.

–Ahora mismo, ¿qué le vendría al pelo a este país ?
–Ayuda de Europa (más) y cambiar el sistema educativo. Estamos muy anticuados.

–¿A quién le daría para el pelo?
–A los causantes de este desaguisado y a los malos políticos.

–¿Lo peor que podrían llamarle es personaje de medio pelo?
–No me gustaría nada. Soy un luchador y eso siempre tiene mérito.

–¿Qué queda de los hombres de pelo en pecho?
–Hay muchos y muchas mujeres los prefieren. Yo soy imberbe: tengo poco en la cara y casi nada en el cuerpo.

–¿A quién le animaría a soltarse el pelo?
–Al príncipe Felipe. Ya es hora de que muestre todo lo que vale.

–¿Qué le parece una tomadura de pelo?
–Estamos viviendo la mayor tomadura de pelo de la Historia. Nos están tomando el pelo a dos manos los poderes económicos.

–La angustia afecta al pelo, dicen los expertos. ¿La crisis va a causar muchos calvos?
–No lo sé, pero seguro que a muchos se les va a caer el pelo.

–Parece que los volúmenes capilares suben como la deuda...
–En tiempos de crisis, las mujeres se ponen pechos más grandes y le dan más volumen a su pelo. Es para compensar.

–El pelo puede transformar un rostro. ¿Incluso el de Rubalcaba el 21–N?
–Hay cosas que no tienen arreglo.

–Y no puede decir que perdió por los pelos...