Londres
Piscinas climatizadas «por difuntos»
Autoridades de un municipio inglés pretenden alimentar el recinto deportivo con el calor que desprende el horno del crematorio. Dicen que así reducirán un 42% la demanda de la red de gas natural en un año
La pregunta es muy sencilla: «¿Estaría usted a gusto nadando en una piscina cubierta mantenida por el calor que se desprende del crematorio del pueblo?» La cuestión ha sido planteada por las autoridades del municipio de Reeditch (Birmingham, Inglaterra) a sus 80.000 vecinos y las respuestas han sido de todo tipo. La medida ecológica pretende ahorrar energía y casi 20.000 euros al año a las arcas del ayuntamiento, pero la ética –cuestionable para muchos– ha generado un debate que ha trascendido al escenario nacional.
Según explica a este semanario un portavoz del municipio, la idea surgió después de que un técnico analizara la mejor manera de garantizar la eficiencia energética del centro deportivo que se quiere abrir para la primavera de 2012. El «Abbey Stadium» está puerta con puerta con el crematorio y se sugirió utilizar el calor del horno que, de otra manera, se desaprovecharía. La técnica sería sencilla, ya que tan sólo se necesitaría instalar tuberías que conectaran los dos edificios. El centro deportivo también estaría equipado con paneles solares.
Se trata de la primera propuesta de este tipo realizada en Reino Unido. Las autoridades de Redditch son conscientes de que «es una cuestión sensible para muchas personas», pero su propósito es abordar el cambio climático de una manera eficaz, especialmente la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles. Durante las últimas semanas, se han convocado encuentros con grupos religiosos, funerarias y vecinos para analizar la materia. La versión oficial asegura que, en general, la medida ha contado con bastante aceptación y el ayuntamiento ha recibido felicitaciones.
Sin embargo, en la calle se respira un ambiente distinto. En los «pubs», los mayores no acaban de ver el asunto con buenos ojos y, pese a las explicaciones de los ecologistas, no dejan de pensar que «resulta extraño hacer deporte allí sabiendo de donde viene el calor».
Gordon Hull, de la Federación de Cementerios y Crematorios, matiza que la propuesta «tiene sentido, desde el punto de vista medioambiental». Pero su colega Simon Thomas, director de la funeraria «Hermanos Thomas», señala que no sabe hasta qué punto la gente puede sentirse «cómoda» en una piscina «calentada por la muerte de un ser querido. No deja de ser chocante», dice.
El pasado miércoles, se celebró una reunión del comité ejecutivo donde se dio luz verde al proyecto, pero la decisión final no se tomará hasta mañana lunes, cuando el Consejo lo apruebe o descarte definitivamente. Para los indecisos, la alcaldesa, la conservadora Carole Gandy, ha destacado la parte económica. Llevarlo a cabo costaría unos 46.150 euros, pero se reduciría en un 42 por ciento la demanda de la red de gas natural para el nuevo centro en el transcurso de un año, ofreciendo un ahorro de 17.240 euros anuales. Es decir, la inversión estaría amortizada en cuatro años. Gandy insiste en que se ahorraría también la instalación de un generador que tiene un coste de 100.000 libras. «Podríamos ahorrarnos 61.000 libras que podrían ser invertidas en otros servicios del ayuntamiento», recalcó.
Los sindicatos han derivado el asunto hacia el terreno político y aseguran que la decisión tan sólo es consecuencia de los recortes que el Gobierno de David Cameron quiere llevar a cabo este año, los más draconianos desde la Segunda Guerra Mundial. Roger McKenzie, el secretario de Unison –el grupo sindical más importante del país– calificó la idea de «insulto a los residentes por agredir la conciencia ética y espiritual» y exigió su descarte inmediato. A pesar de las críticas, todo indica que el proyecto finalmente se llevará a cabo. En este caso, el municipio de Reeditch serviría como ejemplo en Austria. Y es que la mayor funeraria de Viena, la municipal Bestattung Wien, también ha generado una fuerte polémica por proponer utilizar el calor del crematorio, en esta ocasión, para calentar sus futuras oficinas. El edificio, curiosamente, también se espera inaugurar en 2012.
Jürgen Sild, el portavoz de la empresa, explicó a la prensa local que para incinerar los cuerpos se necesita una gran energía para que los hornos mantengan una temperatura continua de unos 800 grados, y que sería una buena idea utilizarla en lugar de permitir que se malgaste. «La nueva central tiene una calefacción de gas. Pero se planea que la energía que se utiliza para la incineración también se utilice en el sistema para recuperar energía. Puede sonar estúpido, pero esto también es proteger el clima», afirmó. La prensa sensacionalista austríaca criticó con dureza la idea y el diario más leído del país, el Kronen Zeitung, tituló la noticia con una frase que no pasó en absoluto desapercibida: «La Funeraria de Viena calentará sus oficinas con muertos».
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