Vancouver

La mejor campaña publicitaria

La publicidad siempre es percibida como lo que es, mientras que algo tan frívolo como el fútbol provoca simpatía, respeto... 

La mejor campaña publicitaria
La mejor campaña publicitarialarazon

Permítanme que, pasada ya casi la resaca de las celebraciones del Mundial, vuelva de nuevo a referirme a la victoria de nuestra selección, y es que me resisto a no aprovechar este espacio para aportar mi pequeño grano de arena a todo cuanto se ha dicho sobre este acontecimiento histórico. Y como no podría ser de otra forma, me gustaría analizar la victoria de «La Roja» desde el punto de vista de la comunicación.Sin temor a equivocarme, el pasado lunes pude repasar más de un centenar de portadas de periódicos de todo el mundo, de los cinco continentes, y podría afirmar que el equipo español era noticia en más del 95%. Y no estamos hablando de periódicos deportivos, como «L'Equipe» o «La Gazzeta dello Sport», que también, sino de diarios tan prestigiosos como «The Times», «The New York Times», «The Guardian», «The Washington Post», «Frankfurter Allgemeine» o el económico «The Wall Street Journal». Pero tampoco piensen que sólo han sido aquellas publicaciones de ámbito nacional, sino que la Prensa local de medio mundo, desde la mexicana o la argentina, a la francesa o la italiana, han dedicado sus fotografías de primera página a nuestros campeones o a la celebración que los aficionados españoles han llevado a cabo en multitud de rincones del planeta. Desde el punto de vista de un planificador de campañas de publicidad, ¿se imaginan de cuánto dinero estaríamos hablando si quisiéramos que nuestro cliente fuese portada en los principales diarios del mundo? Muy probablemente, muy pocas compañías podrían permitirse algo similar y ser capaces de generar un mensaje de respuesta tan positivo pues, al fin y al cabo, la publicidad siempre es percibida como lo que es, mientras que, en este caso, algo tan frívolo como puede ser el fútbol, es capaz de provocar un efecto de simpatía, admiración, respeto… hacia un equipo que ha ganado de una forma tan indiscutida como ha sido España.Y es que, paralelamente, ni el mejor creativo del mundo, en el mejor de sus sueños, podría imaginar semejante campaña de imagen, de promoción. ¿Qué otra acción puede llevar a cabo un país, por supuesto con un cariz positivo, para ser protagonista en cualquier rincón del mundo? Probablemente, ganar una Copa del Mundo de fútbol sea, a nivel planetario, la mayor gesta que se puede conseguir, sólo comparable, quizás, a organizar unos Juegos Olímpicos, aunque su presencia en los medios se diluye más en el tiempo.Y me ha llamado la atención también que, en cierto modo, hemos conseguido sacudirnos de encima algunos tópicos y estereotipos que, al menos a mí, me resultaban harto empalagosos y, sobre todo, falsos. Me refiero al rollo de identificarnos con toreros, toros, folclóricas y demás panoplia de argumentos casposos. Más allá de algún «Viva España» que titulaban en portada un par de periódicos regionales franceses, el escocés «The Scotsman» y el inglés «The Guardian», algún que otro «Conquistadores», como el de los deportivos italianos «La Gazzeta dello Sport» y «Tutto Sport» o un «Olé» en «The Province» de Vancouver, donde la foto de portada es un grupo de españoles celebrando el triunfo en la capital de la Columbia británica canadiense, el resto de titulares han sido un aplauso generalizado al juego de España y a su victoria agónica ante Holanda. Cabe decir que me resulta tremendamente difícil quedarme con un único titular, pues son muchos los que me han, no sólo gustado, sino llegado a emocionar. Por eso, déjenme quedarme con tres y elijan ustedes. Por un lado, el de mexicano «Excelsior» que, sobre la foto del conjunto español alzando la copa titula «Tiempo de un nuevo campeón»; por otro, el del brasileño «O Globo»: «La fiesta de la técnica y de la osadía», y, por último, el del estadounidense «Los Angeles Times», por el modo en que resume, desde la distancia, el sentir de un país: «The long wait is over», «La larga espera ha termi-nado».