Déficit autonómico

Precariedad por Carmen Gurruchaga

La Razón
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El actual Estado de las Autonomías, tal y como está concebido, resulta inviable y esta es una evidencia que muchas personas afirmamos desde hace años, mientras que otras, que lo han negado, comprobarán cómo les estalla en la cara. No había que ser muy inteligente para deducir que la España de los 17 miniestados terminaría por llevarnos a la ruina. Sólo era preciso observar a Alemania, un país rico en el que hace unos años los «landers» decidieron devolver determinadas competencias al Gobierno federal porque no las podían costear. En cambio, en España, un país pobre, las autonomías seguían empeñadas en acaparar poder aunque su endeudamiento las convirtiera en inviables. Pero ninguno de los dos partidos que pueden gobernar este país, PP y PSOE, han tenido valor para ponerle el cascabel al gato, pese a que desde Europa nos advertían de que ese era el origen de nuestro auténtico problema deficitario. Y no lo han hecho porque nos sabrían qué hacer con los cientos de miles de funcionarios autonómicos que se quedarían en la calle, porque sus barones autonómicos se sublevarían, porque perderían cientos de miles de votos, etcétera. Y en esa indecisión, por la vía de los hechos hemos llegado al descalabro actual en el que los «hombres de negro» de Montoro controlarán el gasto autonómico, pero sin que recaiga sobre el Gobierno la responsabilidad de poner el cascabel al gato. La Comunidad Valenciana ha sido la primera que se ha apuntado al «rescate», aprobado por el Gobierno el 13 de julio para las autonomías que no puedan hacer frente a pagos pendientes. Y lo peor es que tras Valencia llegarán otras, porque casi todas las autonomías se hallan en auténtico estado de precariedad.