Libros
El alumno de Mayorga que deseaba ser escritor
Algo tan aparentemente rutinario en un instituto de secundaria como es que un profesor de literatura encargue a sus alumnos una redacción sobre «Mi pasado fin de semana» será el desencadenante de esta historia. Germán es un hombre de desengañado de su profesión a cuyas manos llega el texto de un chico callado que se sienta en la última fila.
Claudio no sabe de sus cualidades como escritor. La literatura será su pasión compartida y el origen de la relación que se establece entre ellos. «El protagonista pertenece a una familia desestructurada, busca la figura paterna. Los dos son fanáticos de la ficción. Acompañado por el profesor, se le va viendo formarse como escritor y en su paso hacia la madurez. Esto provoca tensión hasta el final porque se revuelve cuando tratan de guiarlo», cuenta Juan Mayorga, autor de un texto que ha sido muy representado. «Germán ama los libros y quiere compartir ese amor. En realidad es un "otsider"que se encuentra con otro», prosigue . «El encuentro es vertiginoso y arriesgado porque el chico escribe sobre la familia de un compañero de clase. Una familia vulgar. Es un caso de voyeurismo y de ficción. Un interés por la vida de los otros que en la ficción literaria puede ser artística o que desde otra óptica puede ser el "gran hermano". Interés que se amplía a la mujer del profesor, que lo acompaña en esta aventura». La trama pone de manifiesto lo complejo de la psicología humana y lo difícil, a veces, de las relaciones: «El profesor encuentra en Claudio un "alter ego", lo que no ha podido ser». Y concluye sobre el montaje y la dirección de Víctor Velasco: «Es hermoso, me gustó mucho. Los actores de la compañía La fila de al lado hacen un trabajo inmenso».
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