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París

Loewe: un clásico rebelde

Ante los focos de la pasarela queda el trabajo de los que sin hacer ruido defienden su lugar en París.

La piel es una seña de la casa Loewe, que recuperó su clásico bolso maletín larazon

Como Stuart Vevers, que al frente de Loewe deja ver en cada colección esa serenidad y discreción que siempre contagia a su interlocutor en «backstage» mientras hace los arreglos de último minuto sin grandes aspavientos ni autoridades impuestas. «Balance y equilibrio son los puntos de partida para poder combinar la esencia de Loewe y el deseo de la firma de enganchar este estilo con las nuevas generaciones», comenta a LA RAZÓN.

¿Que cómo se cose esto en la pasarela? Con propuestas en las que lo clásico –cortes depurados y geométricos, el color chocolate, las estilizadas faldas en avestruz y potro– dan un paso hacia delante con toques de modernidad como la mezcla de pieles –antílope, napa, ante, visón, zorro cabalino– en una misma pieza. En el caso de los abrigos se convierte en una prenda para una mujer con doble cara porque de frente camina con una silueta perfectamente estructurada y a la espalda rompe el patrón para un «pathwork» que resuelve con soltura.

También tienen su aquel el vestido y camisa de napa en tono tierra que por delante invita a la sobriedad, pero que en la espalda juega a tener botonadura y solapas de blazer. O los trench básicos con un efecto acolchado que rejuvenece gracias a los dos pantones claves para dar vida al invierno que viene: el azul eléctrico y el rojo intenso.

Maletines y plataformas

También aúna pasado y futuro en los bolsos para los que recupera los baúles de los orígenes de la casa, así como los maletines de médico o el forro de borrego en los cuellos. Y aunque la piel es el fuerte de la casa, Stuarts dejó caer varios «looks» en seda en los que el estampado se ha tomado de las vidrieras de la catedral de Burgos. Y todo, pisando fuerte con plataformas que permiten ganar centímetros sin perder estabilidad y con un aire masculino que marca hormas y cordones. Guiños varios en un desfile que refleja esa rebeldía comedida de Vevers, ese clasicismo renovado de Loewe.