«Ahora ser culé en Madrid es fácil»

MADRID- Casi siempre juegan en campo contrario, porque viajan al Camp Nou «menos de lo que desearían», y en inferioridad numérica, porque viven lejos del estadio del equipo de sus sueños y al lado del Santiago Bernabéu, la casa de su eterno enemigo. La vida de un barcelonista en Madrid nunca ha sido sencilla, pero después de unos años ganándolo todo, ser culé en el «exilio» es estupendo: «En tiempos era una heroicidad salir a la calle con una camiseta del Barcelona. Ahora es muy fácil ser del Barça aquí, es un placer», cuentan los miembros de la peña blaugrana del Círculo Catalán.
Regentan una de las sucursales azulgrana más activas de la capital, y desde su sede en la plaza de España esperaban la llegada del gran partido disfrutando con los goles de los suyos ante el Panathinaikos: «Hoy (por el miércoles) hay que ganar, pero no a costa de perder a Messi, el mejor futbolista del mundo sin discusión». Los griegos, último rival antes de la llegada del clásico, no les preocupaban tanto como una lesión que pudiese apartar a su estrella del partido ante el Real Madrid. «No te lesiones», gritaban a la televisión, después de asegurar que la semana previa a un partido ante los blancos es especial: «Todo el mundo se pone más pesado estos días. Los vecinos me meten más caña de lo habitual y me preguntan: "¿Qué va a pasar el lunes?"Yo les digo que ganaremos, y si gana el Madrid pues qué vamos a hacerle», cuenta uno de los miembros más veteranos de la peña.
A su lado, Javier resume muy gráficamente el día a día de un culé en Madrid: «Te levantas, lees la prensa, y te cabreas; pones la radio deportiva, te cabreas, y así. Pasas por un quiosco, ves las portadas de los deportivos madrileños y dices, ¡uff!». « Yo no compro ni el ‘‘As'' ni el ‘‘Marca'' para no enfadarme, no soy masoquista», añade otra vez el más mayor del grupo de aficionados.
El resultado del choque de mañana les importa menos de lo que se podría pensar. Para las chicas de la asociación, lo importante realmente es conseguir el título y no el resultado contra el Real Madrid: «Si ganamos todos los años la Liga y ellos se llevan los dos derbis, que se los lleven. Fue mucho peor el ‘‘tamudazo'' que cualquier derrota ante el Madrid».
Una foto en blanco y negro del gol de Koeman en la final de la «Champions» de 1992 y una bufanda conmemorativa de la temporada de las seis copas decoran el salón en el que mañana se reunirán más de 120 personas para ver el clásico. No hay ninguna imagen de Guardiola y eso que la adoración por él se acerca a lo religioso: «Es Dios, besamos por donde pisa», explica otra vez el sector femenino. «Es el prototipo de un barcelonista que lo ha sido desde la cuna. De recogepelotas llegó a jugador, después a entrenador y puede llegar a lo que quiera. Y si quisiera ser presidente lo sería», explica José Ramón Casas, la cabeza visible de la peña barcelonista del Círculo, que no consigue poner mesura al debate cuando aparece el nombre de Mourinho: «Nos saca de quicio. No es un hombre de fútbol y hace trampas. Realmente es él quien odia al Barça, aunque con tantas provocaciones ahora lo odiamos nosotros también. En el fondo querría entrenar al Barcelona, pero sólo nos sirvió como traductor».
Cristiano Ronaldo despierta, más o menos, el mismo rechazo que su entrenador entre los barcelonistas («nunca lo ficharíamos, no es del estilo del Barça»), que sí reconocen una virtud en su eterno rival: «Cuando parece que están más muertos, siempre saben levantarse».

«Parlar català» por el Barça
La mayoría de aficionados azulgrana que viven en Madrid no son catalanes y algunos de ellos, nacidos en otras Comunidades, han decidido empezar a estudiar catalán «para no perderse nada de lo que tenga ver con su equipo». «Por ser del Barça se apuntan a clase, porque quieren enterarse bien de todo. Otros han conocido Barcelona y Cataluña gracias a su interés por el equipo de fútbol».