sevilla- La Comisión Europea autorizó ayer la intervención temporal de Cajasur por parte del Banco de España, aunque impuso una condición: que las autoridades españolas presenten en seis meses un plan de reestructuración que garantice la viabilidad a largo plazo de la entidad andaluza sin nuevas ayudas públicas.El Gobierno español notificó a Bruselas la intervención el sábado 22 de mayo, madrugada en la que se produjo,y el Ejecutivo comunitario la ratificó por procedimiento de urgencia a las 17:00 horas del día siguiente. Al margen del trámite europeo, la consejera de Presidencia y portavoz de la Junta de Andalucía, Mar Moreno, desmintió ayer «rotundamente» que el presidente autonómico, José Antonio Griñán, «esté presionando al Banco de España para que priorice a Unicaja en las futuras decisiones que puedan afectar a Cajasur». A preguntas de LA RAZÓN, Moreno defendió la «neutralidad» de Griñán en torno a las decisiones que pueda tomar el órgano regulador, «como no puede ser de otra manera». Si bien, insistió: «Aunque la solución de Unicaja sigue sobre la mesa». «No le corresponde a la Junta o al presidente –matizó– ni presionar ni descartar ninguna alternativa ni a ninguna entidad en ese futuro».Rehusó concretar su postura respecto a la posibilidad de que la entidad cordobesa se venda al mejor postor o se fraccione, pero sí quiso dejar claro el «juicio muy crítico» que el Ejecutivo andaluz tiene «con respecto a los responsables de la intervención de Cajasur, que tienen nombres y apellidos y son el Cabildo Catedralicio de Córdoba, los gestores y los miembros del Consejo de Administración que no la apoyaron».Tampoco contribuyó a la integración el «fichaje» por parte de Unicaja de Óscar García, uno de los expertos de Boston Consulting Group –autor del leonino plan de ajuste laboral– para el departamento de planificación.