África

Egipto

Auge de la intolerancia por Gustavo DE ARÍSTEGUI

La Razón
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Los últimos acontecimientos en Egipto ponen de manifiesto que la caída de la dictadura de Mubarak no ha supuesto, necesariamente, un bálsamo de sosiego para la sociedad egipcia. Los cristianos coptos son tan egipcios como cualquiera de sus compatriotas musulmanes, y han contribuido de manera muy notable a la construcción de su nación y de su prestigio. La minoría cristiana de Oriente Próximo es uno de los pilares esenciales sobre el que se construye la identidad del nacionalismo árabe y de de las naciones del que forman parte. El auge del extremismo más violento, los islamistas radicales, pertenezcan o no al movimiento salafista, el más extremo de todos, han tenido siempre una aversión violenta y militante en contra de sus compatriotas cristianos. La laxitud de las autoridades provisionales no presagia nada bueno. Las perspectivas electorales que auguran un resultado muy importante a las diferentes formaciones islamistas tampoco. Es muy preocupante que la presión de los radicales acabe provocando un nuevo éxodo de cristianos en la región. Recordemos que la presión ejercida sobre cristianos libaneses, sirios o palestinos ha disminuido drásticamente su número y peso en las sociedades que contribuyeron a forjar durante los últimos 2.000 años. Los cristianos de Oriente son árabes, se sienten árabes, hablan árabe y algunos se cuentan entre los intelectuales, profesionales, políticos y hombres de Estado más importantes de sus sociedades. Hay que elevar la voz alto y claro para exigir el respeto más estricto y escrupuloso a sus derechos y a su seguridad, y esperemos que las actuales autoridades egipcias y el Gobierno que surja de las inminentes elecciones defiendan a sus compatriotas cristianos a los que tanto deben ellos y el resto del mundo árabe de Oriente.