Roma

EL ANÁLISIS: Unos regalos con mensaje

La Razón
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- ¿Cómo han sido históricamente las relaciones entre la Corona española y El Vaticano?
–No siempre han sido estrechas, pero predomina el tiempo de las buenas relaciones. España debe a la Santa Sede montones de cosas: que en los años cuarenta, nuestro país se librara de la influencia del nacional socialismo; que, años después, la Santa Sede lograra suavizar las relaciones con los aliados; que se fueran eliminando los rescoldos de la guerra... Vivimos momentos difíciles en los que se ha vuelto al odio y al rechazo de la moral. Y en su papel, la Santa Sede consigue que no lleguemos a unos extremos que sufriríamos el resto de españoles.

- ¿Cómo definiría la relación entre ambas instituciones a día de hoy?
–La Casa Real mantiene una excelente relación con El Vaticano. Pero el Gobierno no. Mientras Don Juan Carlos recibió a Benedicto XVI como se recibe a un Pontífice, haciendo los gestos que corresponden a un fiel cristiano, el presidente del Gobierno estrechó la mano del Santo Padre de manera cordial, pero como si se tratara de un extraño.

- ¿Qué significado tienen los regalos que se han intercambiado Don Juan Carlos y Benedicto XVI?
–En lo que se refiere al mosaico que el Santo Padre le ha hecho entrega a Don Juan Carlos, hay que tener en cuenta que la Plaza de España en Roma es el gran monumento dedicado a la Inmaculada. España ha defendido durante siglos el dogma de la Inmaculada. En cuanto a las Cantigas de Alfonso X el Sabio, son consideradas por muchos historiadores uno de los momentos de maduración del cristianismo en España, así como un momento de la plenitud de la monarquía. En mi opinión, se trata de dos regalos muy acertados.