Sevilla
OPINIÓN: Los amperios de mi mujer
Funcionarios de los de oposición ganada toman el tren barato de una rima consonante para llegar a la Stazione Termini de la razón que los asiste ante el atropello que supone equipararlos a los cuñados del viceconsejero de turno: «La mujer de Espadas es una enchufada», le cantan al candidato socialista a las puertas de Fibes. Responde, desde Huelva, uno de los querubines del compañero Pepe (antes José Antonio ¡presente!) con el comodín «fascista», que lo mismo se arroja a la cara de un sindicato profesional que contra el peatón que lamenta las agresiones infligidas por un ciclista. Se incurre en déficit democrático cuando un partido no puede desarrollar normalmente sus actos de campaña, dicen. ¿Memoria histórica? El acoso al PP durante el bienio negro, 2003-04, coronado con el asalto a las sedes en la jornada de reflexión.
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