Cataluña

Mas en busca de dinero y poder

Artur Mas se verá en La Moncloa cara a cara este lunes con José Luis Rodríguez Zapatero por primera vez desde que su relación saltara por los aires a finales de 2006 tras las elecciones catalanas, en las que José Montilla desembarcó en el Palau de la Generalitat de la mano de ERC e IC-V.

Artur Mas y Duran Lleida junto al presidente la última vez que se reunieron en La Moncloa en 2006
Artur Mas y Duran Lleida junto al presidente la última vez que se reunieron en La Moncloa en 2006larazon

En ese momento, el dirigente nacionalista se sintió profundamente traicionado por el jefe del Ejecutivo. Zapatero no pudo cumplir su compromiso adquirido meses atrás de que en Cataluña gobernaría la lista más votada, es decir, CiU. Desde entonces hasta hoy, la relación entre ambos líderes ha sido inexistente. De ahí la expectación que levanta el encuentro de este lunes, que se produce a petición de Mas en calidad de nuevo president.

El líder nacionalista acude a la cita de La Moncloa con las ideas claras y un guión predeterminado: intentará lograr el máximo beneficio económico posible para su comunidad y dará la batalla por recuperar la influencia de Cataluña en el resto de España, que el tripartito se dejó por el camino, aseguran a LA RAZÓN fuentes del Ejecutivo catalán. Estas fuentes consideran un síntoma claro de esa pérdida de «musculatura» de Cataluña en España el hecho de que ningún medio de comunicación haya recabado la opinión de la Generalitat sobre el pacto de las pensiones, circunstancia impensable en el pasado. «La gente se ha acostumbrado a que la Generalitat no tenga voz ni voto», lamentan. Por eso Mas se empleará a fondo para recobrar la influencia de antaño.

«Con la mochila que llevamos encima», Mas no está dispuesto a dar ni medio balón de oxígeno a Zapatero. «No viene con el ánimo de abrir una nueva etapa». Sería «absurdo» iniciarla con un Gobierno, como el de Zapatero, «acabado y agotado». El president reserva sus energías para 2012. Será entonces cuando abra una nueva etapa con el Ejecutivo central, una vez que las urnas decidan quién se convertirá en el inquilino de La Moncloa. En ese momento, pondrá encima de la mesa su histórica reivindicación de que Cataluña se financie como Euskadi, vía concierto económico.

Mas, que mantiene intacta su desconfianza hacia Zapatero, llega a Madrid con cierto recelo hacia el presidente y dispuesto a no ocultar la marcha del encuentro. Es decir, no hará, como en otras ocasiones, una puesta en escena al término de la reunión, guardando para secreto del sumario determinadas cuestiones. «No tenemos interés en decir que ha ido bien, si no ha sido así, porque sabemos de antemano que Zapatero no cumple. No ha cumplido nunca con Cataluña», advierten los nacionalistas.

Sin embargo, a Mas le espera una sorpresa en La Moncloa. El presidente atenderá sus demandas de nueva financiación. Zapatero ha decidido ya dar su visto bueno al plan catalán de estabilidad financiero, que estudia su secretario de Estado de Hacienda, y, por ende, autorizará a Cataluña una nueva emisión de deuda. Así, esta autonomía aumentará este año en 11.600 millones su deuda, lo que disparará su nivel de endeudamiento hasta los 38.473 millones de euros.

Con este plan de estabilidad financiero, orientado a superar una situación contable insostenible, Mas considera que ha cumplido. «Hemos hecho los deberes». De ahí su confianza en que el Gobierno, como así será, le autorice nuevas emisiones de deuda. De lo contrario, la Generalitat no podrá pagar las nóminas de sus funcionarios. Pero la sangre no llegará al río y Mas, al final, abonará las retribuciones de sus empleados en tiempo y forma.

Este plan fija una reducción del gasto regional de 2.600 millones de euros, lo que supone el 10% del conjunto del Presupuesto autonómico en 2011. Así, pone los mimbres para rebajar el déficit catalán desde el 3,7% actual hasta el 1,3% en 2013.

Este programa establece también la desinversión en las empresas públicas de titularidad catalana mediante la entrada de capital privado en ellas, de fusiones.

La deuda del Estado

Además del recorte del gasto, en este plan figura un incremento de la recaudación vía mayores ingresos estatales. Para ello, el nacionalista le reclamará el cumplimiento de la disposición adicional tercera del Estatut, que establece que la aportación de inversión estatal en Cataluña en infraestructuras se equipare a la participación relativa del PIB catalán en relación al del Estado en un plazo de siete años. Según los nacionalistas, el Estado debe a Cataluña 759 millones del ejercicio 2011 y 219 millones en los ejercicios 2012 y 2013. Además, por el fondo de competitividad del nuevo sistema de financiación, le adeuda 1.350 millones en 2011, 1.000 millones en 2012 y otros 1.000 en 2013.

El president demandará también a Zapatero que se complete la lista de traspasos pendiente desde 2004. Y es que Mas está dispuesto a asumir como propia la relación de transferencias pactada por el tripartito. Además, solicitará la cesión de la propiedad de determinados edificios, que albergan hospitales. Una vez que obtenga su titularidad, los hipotecará para lograr nuevos fondos.