Los Ángeles

«Nunca más violencia nunca más terrorismo»

Los líderes religiosos contemplan la simbólica suelta de palomas en Asís
Los líderes religiosos contemplan la simbólica suelta de palomas en Asíslarazon

CIUDAD DEL VATICANO- La Iglesia católica volvió a convertirse ayer en el canal a través del cual las principales religiones del mundo renovaron su compromiso por la paz. 25 años después del histórico encuentro de Asís impulsado por Juan Pablo II, Benedicto XVI presidió en la ciudad de San Francisco una reedición de esta jornada en la que pudo palparse la diversidad y riqueza de las distintas manifestaciones de la fe, presentes en el planeta.

El Papa mostró su intuición al congregar a varios humanistas agnósticos junto a los representantes de las Iglesias no católicas y de otras religiones. Este fue el gran paso adelante respecto al encuentro precedente de Asís. Los cambios que ha sufrido la sociedad en este último cuarto de siglo han hecho que la indiferencia ante el hecho religioso, más aún que el ateísmo, sea el mayor reto a afrontar. En su discurso en la basílica de Santa María de los Ángeles, Benedicto XVI se refirió a quienes no han recibido «el don de poder creer», pero que se hacen preguntas en búsqueda de «la verdad» y «de Dios». Que no logren alcanzar su objetivo «depende también de los creyentes», quienes ofrecen una imagen «reducida o deformada» de la divinidad.

Por un mundo nuevo
Este colectivo está llamado a arrimar el hombro junto a las distintas religiones para defender «la paz» y la «dignidad del hombre» frente a «toda especie de violencia destructora», dijo el Pontífice. Uno de los representantes de este tercer grupo convocado al encuentro, el filósofo y profesor universitario mexicano Guillermo Hurtado, secundó las palabras del Papa durante su intervención en el acto conclusivo de la jornada, celebrado en la plaza inferior frente a la basílica de San Francisco. «Nosotros humanistas agnósticos estamos comprometidos en la construcción de un mundo nuevo en el que se respete la dignidad del hombre y la libertad de convicciones. Creyentes y no creyentes estamos juntos en la búsqueda de la verdad, la paz y la justicia», señaló.

El Papa habló en Asís de dos tipos de violencia: el terrorismo, que en ocasiones está motivado por una comprensión errónea de la religión, y la agresividad derivada de la ausencia de Dios presente en nuestra sociedad, que lleva a la «pérdida de humanidad». En su mensaje a las otras creencias, el Papa dijo que «nos debe preocupar» que la fe llegue a motivar enfrentamientos, los cuales nacen por una «tergiversación de la religión». En un sentido mea culpa, reconoció «lleno de vergüenza» que también «en nombre de la fe cristiana» se ha recurrido a la violencia.

En la última parte del encuentro, en el que se renovó el compromiso común por la paz, el Papa, situado en el escenario a la misma altura que el resto de los asistentes, tenía a su derecha a Bartolomé I, patriarca de Constantinopla, que recordó la «regla de oro» para construir la paz: «Haz al prójimo lo que te gustaría que te hicieran a ti».

Por la tarde, y en la plaza de la basílica de Santa María de Los Ángeles, el Papa cerró la jornada con una plegaria firme: «Nunca más violencia, nunca más guerra y nunca más terrorismo», para, a renglón seguido pedir que «en nombre de Dios cada religión lleve sobre la tierra justicia y paz, perdón y vida y amor».