Génova

Rajoy remodelará el PP para afianzar la cohesión interna

Instantánea del último Comité del PP
Instantánea del último Comité del PPlarazon

madrid- El Congreso Nacional del PP que se celebrará en febrero estaba previsto para el mes de junio. Con ese calendario contaban en el partido hasta que este lunes, en el Comité Ejecutivo, se anunció su adelanto. Es una decisión estratégica y que, además, puede ayudar a que la actual secretaria general y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, continúe como «número dos» de la formación. Ella quiere mantener esa «plaza» que le da cancha a nivel nacional y espera que Mariano Rajoy respete sus deseos.

Por un lado, porque considera que le reconoce el trabajo realizado y es una persona de su confianza; por otro, «por esa manera suya de ser que le lleva a evitar el conflicto salvo que sea estrictamente necesario», como describe uno de sus más allegados en Génova. Y eso que Rajoy sabe que en el partido hay algunas voces críticas contra su continuidad porque consideran que es «incompatible» ocuparse a pleno rendimiento de la Secretaría General y lidiar con la profunda crisis de Castilla-La Mancha, una comunidad pluriprovincial que ya en una situación de tranquilidad exigiría mucha dedicación. En cualquier caso, a día de hoy en el PP nadie sabe si en el Congreso habrá cambios en la Secretaría General.

Esto no quita para que la noticia de ese cónclave vaya a ser el equipo, no en el proyecto ideológico. Rajoy lo utilizará para cubrir los huecos que deje la formación del Gobierno en la dirección del PP. Si Cospedal continúa, el hoy presidente electo no olvidará la labor de su vicesecretaria de Organización y directora de campaña, Ana Mato, y podría llevarla al Consejo de Ministros o a la Secretaría General. También quedará vacía la silla como portavoz de Soraya Sáenz de Santamaría y circulan otros nombres en las quinielas como el del vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons. Por tanto, la remodelación afectará a las Vicesecretarías; al Comité de Dirección, del que saldrá Alberto Ruiz Gallardón; y probablemente a otros coordinadores de área. Además de cubrir estos huecos, Rajoy tiene otra preocupación en la mente, según fuentes de la dirección. Y es que él quiere dedicarse de lleno al Gobierno, pero también necesita que el partido juegue un papel fundamental en la oposición como unificador del mensaje y como llave de la cohesión interna. Estando en el Gobierno de la Nación y con la mayoría de los Gobiernos autonómicos –el PP cuenta con ganar en Andalucía en las próximas autonómicas–, «o se tiene un partido fuerte que unifique mensajes y garantice que los barones siguen el mismo camino o esto puede acabar en un diálogo entre gobiernos en el que cada uno vele por sus propios intereses», dicen las fuentes consultadas.

Por tanto, ahora mismo Rajoy no está sólo decidiendo su Gobierno, sino que delante tiene un circo con tres pistas y las piezas le tienen que encajar en las tres. En su Gabinete ministerial, en el partido y en el Parlamento. El responsable del grupo en el Congreso será para él tan importante como un ministro por la intensa actividad legislativa de este mandado. Las reformas estructurales tendrán que pasar por las Cortes y el PP tendrá que fajarse para lograr el mayor consenso posible. El Congreso de febrero servirá también para dar el último empujón al PP andaluz.