Túnez
Prensa en peligro
Represión ha sido la palabra del año 2011. Nunca la libertad de información había es- tado tan asociada a la democracia, nunca el trabajo de los periodistas había molestado tanto a los enemigos de las libertades. Jamás los actos de censura y los ataques a la integridad física de los periodistas habían sido tan numerosos. La ecuación es sim-ple: la ausencia o la supresión de las libertades públicas conlleva automáticamente la supresión de la libertad de prensa. Las dictaduras temen y prohíben la información, sobre todo cuando ésta puede «debilitarlas».
Así de claro y rotundo es el informe que Reporteros sin Fronteras ha realizado, como cada año, en su «Clasificación mundial de la liberta de Prensa» del año 2011. En esta ocasión, la Primavera Árabe ha supuesto un nuevo aire pero, al mismo tiempo, también ha puesto de manifiesto la obsesión de los gobiernos con el control de la información, acentuado todavía más tras la irrupción de Internet y las redes sociales. Así, fueron herramientas como Twitter las que permitieron conocer de primera mano lo que sucedía en países como Túnez, Egipto o Libia, a pesar de los intentos de los respectivos estados de restringir su uso.
«El trío infernal –conformado por Eritrea, Turkmenistán y Corea del Norte, dictaduras absolutas en las que no existe ninguna libertad pública– se encuentra, sin que sorprenda, al final de la clasificación. Este año Siria, Irán y China les pisan los talones. Estos tres países parecen haber perdido el contacto con la realidad, absorbidos como están por una loca espiral de terror. Al igual que Bahréin y Vietnam, regímenes opresivos por excelencia.
En el lado contrario, es decir, en los primeros puestos, se mantiene a la cabeza el mismo grupo de países, liderados por Finlandia, Noruega y Países Bajos, «respetuosos con las libertades fundamentales, recordándonos a la vez que la independencia de la prensa sólo puede ser preservada en democracias fuertes y que la democracia se nutre de la libertad de prensa».
En lo que se refiere a nuestro entorno, en la Unión Europea la clasificación muestra un cierto estancamiento de la situación, «aún marcada por una clara ruptura entre los países tradicionalmente bien clasificados (Finlandia, Países Bajos) y aquellos como Bulgaria (80º), Grecia (70º) e Italia (61º), que no resuelven sus problemas de ataques a la libertad de prensa». En cuanto a España, se sitúa en el puesto 39, sólo uno por debajo de Francia. Es destacable el caso de Estados Unidos, en el puesto 47 de la clasificación, que pierde 27 lugares debido a las numerosas detenciones de periodistas que cubrían las marchas del movimiento Occupy Wall Street.
Y más allá de la libertad de prensa pura y dura, otro factor a tener en cuenta es la violencia contra los periodistas. Así, «será difícil revertir la tendencia si no existe una lucha eficaz contra la impunidad». México y Honduras se encuentran en los lugares 149 y 135, respectivamente. Pakistán (151º) es por segundo año consecutivo el país más mortífero para los periodistas. En Somalia (164º) no es posible vislumbrar una salida de la caótica situación, en la que los periodistas pagan un precio alto. En Irán (175º) la represión y la humillación de los periodistas se han convertido desde hace muchos años en cultura política del poder. El régimen se nutre de la represión de los medios de comunicación. Irak (152º) perdió 22 lugares y se acerca de forma preocupante al lugar que ocupaba en 2008 (158º).
✕
Accede a tu cuenta para comentar