Barcelona

Sanchis Sinisterra: contra el teatro encorsetado

El dramaturgo comienza una nueva etapa en Madrid con la apertura del centro La Corsetería, sede del Nuevo Teatro Fronterizo. Una aventura en busca de una nueva deriva hacia la investigación escénica.

En enero de 2011 comienza la «fase provisional» del NTF
En enero de 2011 comienza la «fase provisional» del NTFlarazon

Dicen que los viejos rockeros nunca mueren. José Sanchis Sinisterra –«Sanchis, no Sanchís, por favor», recuerda con cierto cansancio: cuántas veces habrán escrito mal su apellido...– es un viejo rockero en lo suyo, el teatro, y no está dispuesto a que lo entierren en vida por más que sus conciertos tuvieran más repercusión en los años 70 y 80. La fotografía de la escena española no tiene nada que ver con la de 1979, cuando escribió «Terror y miseria en el primer franquismo», ni con la de 1980, cuando de su cabeza nació «Ñaque, o de piojos y actores»; ni siquiera la España de ahora es, teatralmente hablando, la misma que en 1986, cuando cosechó uno de sus mayores éxitos con «¡Ay, Carmela!», que luego, hecha cine por Carlos Saura, arrasó en los premios Goya. Aquellos fueron años en los que términos como «creación colectiva», «teatro universitario» o «investigación» no te cerraban las puertas de cualquier productor privado, y en los que los autores españoles no competían con Ionesco o Pinter, que quedaban casi por norma relegados a los centros nacionales. Eran los años en que si uno quería ofrecer en Barcelona un teatro de autor en castellano había que inventarse una sala, la Beckett, como hizo Sanchis desde 1988 hasta 1997.

Desde entonces han pasado muchas cosas, en el mundo, en España y en la vida de Sanchis Sinisterra, que pasó de Barcelona a Madrid y vivió una aventura italiana en el bienio 2005-2006 dirigiendo el Teatro Metastasio Stabille de la Toscana. Pero siguió escribiendo sin parar, y su cabeza siguió dando vueltas a nuevas ideas. La penúltima comienza estos días a tomar forma en Madrid, en el cascarón de un antiguo local de Lavapiés cuyo nombre, La Corsetería, recuerda lo que fue antaño. Allí, en el 8 de la calle Cabeza, comenzará su actividad en enero el Nuevo Teatro Fronterizo (NTF), una aventura de Sinisterra y un puñado de entusiastas del mundo teatral español. El NTF, nombre que remite a otra experiencia histórica de Sinisterra en 1981, será un centro de desarrollo teatral autogestionado –«el proyecto no tiene ningún tipo de ayuda institucional», subraya Sanchis– en el que, de momento, habrá cursos, talleres, encuentros y lecturas. Más adelante, probablemente acoja representaciones y programación estable.

El director Emilio Hernández, el profesor de la Carlos III y especialista en teatro Eduardo Pérez-Rasilla, la dramaturga y gestora Inmaculada Alvear, el actor y director Luis Miguel Climent y la productora Paula Karelik son socios fundadores (eso incluye aportaciones económicas) de una iniciativa que tiene además a Ana Belén Santiago como coordinadora general, a Roberto López-Peláez («el catalizador de este proyecto», asegura Sanchis), Jordi Dauder e Irene Pardo en la coordinación de proyectos, y a Clara Sanchis al frente del apartado pedagógico. Además, cuentan con el apoyo (impartirán cursos y talleres) de Will Keen, María Hernández, Eduardo Bazo, Marta Poveda y Cristina Suárez, entre otros.


Un «tetrálogo» como ideario
Pero lo más interesante es el espíritu de esta iniciativa, explicado por su creador: «Llegó un momento en el que surgió la idea de una experiencia que recogiera las insatisfacciones o aspiraciones que había latentes en Madrid y a las cuales el sistema teatral de la ciudad no daba cabida», cuenta el autor, madrileño de adopción desde finales de los 90. «Se trata de intentar explorar algunas fronteras del teatro que podrían volver a dinamizar la escena madrileña, que por otra parte gozaba de excelente salud, con una impronta notable de espectadores durante algunos años».

El autor y director resume el «decálogo» de su nuevo proyecto en un «tetrálogo»: «Lo primero, continuar el proceso de investigación del teatro y la teatralidad». En ese primer punto destaca la preocupación por el trabajo del actor y cómo ante una nueva dramaturgia se hace necesaria una nueva «actoralidad»: «Es necesario indagar, probar, y que exista el derecho al error, aquí ahora parece que está prohibido equivocarse».

Un segundo punto es el de la «vinculación del teatro con otros campos del pensamiento y del arte. El teatro no es un hecho aislado», y apuesta por «establecer intercambios fértiles mutuos con campos como la filosofía y la ciencia, que están en permanente ebullición».

El tercer punto sobre el que se construye el ideario de La Corsetería es la apertura a otros países. «No digo que el teatro en Madrid sea endogámico...», deja sin terminar el dramarturgo, como dándose cuenta de que está abriendo la caja de Pandora. Y matiza: «Pero parece seleccionado según criterios que no corresponden a lo mejor que se está haciendo en otros países». El NTF promete una mirada a las dramaturgias del mundo, con especial atención a Iberoamérica: «No se conoce nada del teatro de Chile, de México, de Colombia, del brasileiro...», lamenta Sanchis. Y promete que en este punto habrá «billete de ida y vuelta».

Finalmente, el NTF se asentará sobre «la necesidada a vida o muerte de ir a buscar al "no público". La clase media-alta es el sostén de la escena madrileña, pero deja fuera a grandes masas de población». Y cita como ejemplo los experimentos de teatros por y para el barrio de Iberoamérica. «Hay que sacar al teatro del gueto bienpensante y "bon vivant"», sentencia.


Tres estrenos en 2010
Sanchis Sinisterra ha vivido un final de año de extraña efervescencia, aunque tenga poco que ver con él y más con la diosa fortuna: hasta tres de sus textos se han visto en la capital. El más reciente, «Próspero sueña Julieta (o viceversa)», que subió a las tablas su hija Clara Sanchis junto a Helio Pedregal (y que acaba de editar Fundamentos junto a «Sangre lunar»). A la vez y hasta hace poco ha tenido «La máquina de abrazar» en la sala Guindalera, y poco antes, en octubre, Magüi Mira y Beatriz Carvajal protagonizaron en el Bellas Artes «El cerco de Leningrado». Así que sin duda sigue siendo un autor, escénicamente hablando, actual.



En el corazón del barrio
En enero de 2011 comienza la «fase provisional» del NTF (foto 2). Durante un año, quizá dos, habrá cursos, talleres y ciclos de lecturas, «con la esperanza de que o bien la crisis amaine o nos permita acceder a un sistema de financiación innovador», cuenta Sinisterra. No descartan ayudas institucionales en el futuro, pero por ahora vive de las aportaciones de los socios. La Corsetería no producirá, pero contempla programar más adelante a otras compañías y hacer lo que en Argentina llaman «teatro semimontado». Entre sus proyectos están un ciclo de autores brasileños contemporáneos, teatro infantil y adolescente, publicar textos y abrir el centro al barrio: «Queremos que la plaza se convierta en una especie de pequeño teatro del mundo».