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Bangkok

Los «camisas rojas» se niegan a retirarse del centro de Bangkok

Los «camisas rojas» no se retirarán del centro de Bangkok a menos que se fije una fecha para la disolución del Parlamento.

Los manifestantes que ocupan el corazón comercial de la capital tailandesa desde hace un mes, conocidos como los "camisas rojas", permanecieron hoy acampados a la espera de partir cuando el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, fije la fecha de disolución del Parlamento.

En el campamento fortificado de los llamados "camisas rojas", no se apreciaban signos de que fueran a retirar las barricadas o desmontar los cientos de tenderetes, ni tampoco de impaciencia por poner fin a las protestas después de aceptar el plan de reconciliación propuesto dos días antes por el primer ministro, Abhisit Vejjajiva.

"Ahora estamos esperando el anuncio de disolución del Parlamento. El primer ministro quizá lo haga pronto, y entonces, todos vamos a emprender camino hacia nuestras casas", dijo a los periodistas Veera Musapagong, uno de los 24 líderes del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura.

La Constitución establece que el primer ministro debe disolver el Parlamento al menos 45 días antes de las elecciones, fijadas para el 14 de noviembre en el plan de reconciliación trazado por los seis partidos políticos que integran la coalición gobernante.

No obstante, según la Comisión Electoral para poder organizar los comicios el 14 de noviembre resulta necesario disolver el Legislativo a finales de septiembre, como muy tarde.

Como otras muchas decenas de miles de tailandeses, la atención de Vejjajiva, su Gobierno, jefes de las Fuerzas Armadas y destacados funcionarios de la Administración, estaba puesta en rendir tributo al rey Bhumibol Adulyadej, por cumplirse 60 años de su coronación.

A primeras horas de la mañana, ciudadanos de a pie se agolpaban en ambos lados de las calles para ver pasar la caravana oficial de vehículos que trasladó al monarca desde el hospital Siriraj hasta el antiguo Palacio Real, donde era aguardado por Vejjajiva y el resto de los ilustres invitados.

Bhumibol Adulyadej, de 82 años y decano de los monarcas, salió sentado sobre una silla de ruedas del hospital en el que ingresó hace nueve meses para recibir tratamiento contra varias dolencias.

El monarca, que si intervino para poner fin a la violenta represión militar de los estudiantes en 1973 o la emprendida en 1992 contra manifestantes que reclamaban democracia, no hizo alusión alguna a la actual crisis durante la ceremonia.

En su primera salida de hospital desde el pasado febrero y al que regresó unas dos horas después, el rey de Tailandia, a quien un amplio sector de la ciudadanía considera casi una divinidad, tampoco dijo nada de la crisis política cuando la pasada semana rompió su largo silencio durante la retransmisión de un acto de nombramiento de nuevos jueces, celebrado en el centro sanitario.

El plan de reconciliación de Vejjajiva fue aceptado por el frente frente antigubernamental de los "camisas rojas", después de que su guía y benefactor, el ex mandatario depuesto Thaksin Shinawatra, les recomendara aceptar la propuesta.

En una llamada telefónica efectuada desde el extranjero durante la reunión mantenida por el Partido Puea Thai (de los Tailandeses), brazo político del frente de los "camisas rojas", Shinawatra señaló que había llegado el momento de poner fin a las protestas, según explicó a los periodistas Noppadol Pattana, uno de sus asesores.

Los "camisas rojas"provienen en su mayoría de las zonas rurales del norte y noroeste del país, las de mayor densidad demográfica y feudos de los testaferros del multimillonario Shinawatra, depuesto en 2006 y condenado en rebeldía a dos años de prisión por corrupción

Los "camisas rojas"protestaban en las calles desde el pasado 14 de marzo para exigir la disolución inmediata del Parlamento y la celebración de elecciones anticipadas.

Las explosiones de granadas u otros artefactos, y los enfrentamientos librados entre efectivos de las fuerzas de seguridad, causaron 27 muertos y casi mil heridos desde que arrancaron las protestas.