Arte, Cultura y Espectáculos
Helga de Alvear abre su cuarta muestra en Cáceres
Arriba o abajo, la colección de la galerista Helga de Alvear alberga 2.700 obras de arte contemporáneo. Un tesoro, vamos. En el centro que se levanta en el cogollo histórico de Cáceres y que se inauguró hace tres años (ésta es su cuarta exposición) y dentro del programa que pretende dar a conocer estas casi tres mil piezas, inauguró el viernes una nueva muestra que reúne parte de esos fondos. Lleva por título «Juegos del lenguaje» y está comisariada por José Jiménez. No resultó sencillo, sin embargo; el reto llevó al que fuera director de Bellas Artes a aceptar el guante y colgar una exposición en la que la palabra y el color son las dos notas que dominan. Obras de gran formato se alternan con las más recoletas; algunas de ellas casi invitan a la reflexión (como la que acoge dos imponentes lienzos de Mompó enfrentados a un Tàpies) o conforman una suerte «de capillita sorpresa», como la define el propio Jiménez con piezas de Fhoyer, Mitsuo Miura o Frize y con Rothko en espíritu, una ausencia que Helga de Alvear «disculpó» entre risas: «Es muy caro y no creo que sea fácil que se venda obra suya», comentó divertida.
La exposición se articula alrededor de cinco apartados a través de los que se explica la variedad y pluralidad del arte de hoy. «El arte ya no busca reproducir la realidad, sino interrogarse sobre ella», adelantó el comisario como punto de arranque del recorrido. Al comienzo, Picasso y un aguafuerte de Goya se presentan junto a un divertido retrato de la galerista hecho con un abanico y firmado por Katase y un ejemplar del volumen duchampiano «The large glass and other related works» (1967). «El mundo es un texto», «Las letras son una imagen», «Los idiomas de los colores», «La traición de las imágenes» (donde Mona Hatoum se convierte en la reina con un par de obras que cobran protagonismo alrededor de vidrios: botellas que se desnudan, botellas que simulan, sólo simulan porque se puede ver más allá, las cuentas de un collar, unas engarzadas dentro de otras) y «Espejos de Babel» son los bloques temáticos. Letras y palabras están omnipresentes a lo largo del recorrido, mientras el color cobra fuerza, como señaló José Jiménez, a medida que se desciende en el edificio, «justo lo contrario de lo que puede ser lo habitual, ya que cuando más escaleras se bajan más cerca se está de la oscuridad. Aquí hemos jugado con lo contrario», reflexiona en voz alta. Ignasi Aballí, Jaume Plensa (su escultura en vidrio tiene ecos de Duchamp), James Turrell, José Damasceno (con una curiosa goma de borrar, cuya apariencia blanda contrasta con el material de que está hecha, el mármol), Juan Hidalgo, Alberto Greco, Pep Agut (de quien se expone un bellísimo espejo capicúa «Yo mismo tu mismo yo»), Cabrita Reis (con una obra que espejea y refleja en un homogéneo naranja), Carlos Garaicoa, Luis Gordillo (en diálogo con un rotundo Sigmar Polke), Felicidad Moreno, Franz West, Hirschorn «bailando» con sus cuatro grandes referentes filosóficos, Helena Almeida o Julia Sarmento, de quien se expone un vídeo «ROC. 40 plus one» (2011), basado en el texto de Wittgenstein sobre el color «Remarks on colour», con desnudo parcial al final del mismo, una pieza de la que se quedó prendado José Jiménez durante una feria cuando estaba preparando la muestra y que, al comentárselo a Helga de Alvear, ésta no tuvo ningún impedimento en comprar.
Dónde: Centro de Artes Visuales Helga de Alvear. Cáceres.
Cuándo: hasta el 5 de mayo de 2013.
Cuánto: Entrada gratuita.
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