Rajoy echa en falta un plan global

MADRID- La respuesta del PP al nuevo paquete anticrisis del Gobierno no sorprendió ni en el contenido ni en las formas. Al PP no le parece suficiente este «enésimo plan de medidas variopintas, sin estructura definida ni objetivo de país», con lo que, a partir de ahí, poco cabe esperar que cambie en el radical desencuentro entre Gobierno y principal partido de la oposición, ni siquiera a cuenta del hecho de que el Ejecutivo intente ahora in extremis ganar tiempo y hacer caja aplicando iniciativas que los populares han defendido en el Congreso y que incluso el PSOE ha rechazado y vetado.

Hasta la «copia» es un motivo para la crítica por parte de Génova, porque dice que las medidas inspiradas en su programa «llegan tarde». En repetidas ocasiones el Grupo Popular ha registrado iniciativas en las que solicitaba mejoras fiscales, por ejemplo en el ámbito del Impuesto de Sociedades para las empresas de reducida dimensión, así como rebajas selectivas de impuestos para pymes y autónomos.

«Nuevos anuncios, viejas medidas» fue el encabezamiento del muy crítico argumentario que el equipo económico elaboró ayer a marchas forzadas para contener el conejo que el presidente del Gobierno acababa de sacarse de la chistera a primera hora de la mañana. Cristóbal Montoro puso voz a la descalificación más virulenta, y Mariano Rajoy prefirió sosegar el tono y optar por una valoración con más matices para protegerse del cartel de «antipatriota» que el PSOE intenta colgarle para defenderse de las críticas. Rajoy dijo que las medidas anunciadas «iban en la buena dirección», aunque no son el «plan global» que necesita España. «Somos el país del mundo con más paquetes de medidas presentados en las Cortes y cada vez que se anuncia otro nuevo las cosas se complican más», sentenció el líder popular.

En el crónico diálogo de sordos entre Gobierno y PP, la crítica de estos últimos a los nuevos ajustes se sostiene en la consideración de que la política económica no se trocea o en que el presidente del Gobierno «ha vuelto a improvisar en dos minutos por la presión de los empresarios y de la «insistencia del Partido Popular». «Recortes sociales, privatización de servicios públicos y retroceso de los derechos individuales», proclamó Montoro, glosando un dardo dialéctico que dirigió precisamente el vicepresidente Rubalcaba contra Rajoy. Tampoco las privatizaciones reciben la bendición popular porque son «un intento de malvender para tapar el agujero del déficit». El mejor resumen está en la frase que espetó Soraya Sáenz de Santamaría a Rubalcaba en su «cara a cara»: «España, qué gran país si tuviera un gran Gobierno».