El celador de Olot acusado de matar a tres ancianas pide volver a declarar

BARCELONA- Confesó haber acabado con la vida de tres ancianas del geriátrico en el que trabajaba envenendándolas con lejía, y, ahora que el juez que instruye su caso ha solicitado exhumar 8 cadáveres más que podrían estar relacionados con él, el celador de Olot, Joan Vila, solicitó ayer volver a declarar.
La petición del ex trabajador de la residencia «La Caritat» ha sido aceptada por el titular del Juzgado de Intrucción número 1 de Olot, por lo que el próximo martes, a las 13.00 horas, el asesino confeso podrá aportar nuevos datos al caso.
La solicitud llega después de que, el pasado lunes, el juez ordenase exhumar los cuerpos de 5 mujeres y 3 hombres que fallecieron en el geriátrico en fines de semana y festivos, coincidiendo con los turnos que cubría el asesino confeso. De lo que se trata es de dilucidar si estos ancianos también podrían haber sido envenenados por el celador.
Ayer fue el abogado de Joan Vila, Carles Monguilod, el que se acercó hasta los juzgados de Olot para presentar el escrito en el que se solicitó la nueva declaración, y, en declaraciones a los medios, aseguró que la visita de Vila a los juzgados el martes aportará información «relevante» e «importante» para el caso.
«Ante las últimas diligencias de prueba que ha ordenado el juez, mi cliente, al que fui a ver ayer y estuvimos hablando, ha solicitado que quería volver a declarar y, una vez que haya declarado, seguramente podemos explicar más cosas», apuntó Monguilod.
Los forenses son los que están llevando a cabo los laboriosos análisis toxicológicos de los cadáveres, ya que algunos de los ocho ancianos hacía meses que estaban enterrados, y en algunos casos desde hace casi un año.
En el supuesto que el resultado fuese positivo el envenenamiento, el juez podría ordenar nuevas exhumaciones, ya que Vila trabajaba en el geriátrico desde el año 2005. Desde entonces, ha habido medio centenar de muertes en el centro.
El celador se encuentra actualmente ingresado en el psiquiátrico de la cárcel de Can Brians, tras confesar la muerte de tres ancianas con lejía «para no verlas sufrir» y sentirse «como si fuera Dios».