África

F. C. Barcelona

Más que un reencuentro

De la Red volvió a jugar al fútbol; Redondo, al Bernabéu, y Zidane y Figo a deleitar. El Madrid goleó al Bayern

De la Red fue capitán; la derecha de Figo sigue siendo un guante
De la Red fue capitán; la derecha de Figo sigue siendo un guantelarazon

Madrid- Pasa el tiempo, pero hay cosas que no cambian, sobre todo la magia en las botas de Zidane, al que el público idolatra y aplaude en cada gesto o acción técnica. Los mayores aplausos del Bernabéu fueron para él ayer en el «Corazón Classic Match 2011», en el que el Real Madrid (8-3: goles de De la Red, de penalti, Butragueño, Redondo, Paulo Sergio, por partida doble, Alfonso, Niko Kovac, Robert Kovac, en propia puerta, Niko, en propia puerta, Fernando Sanz y Súker) goleó a una selección de veteranos del Bayern de Múnich. Nunca, desde luego, un partido contra un equipo alemán fue tan fácil y agradecido para los madridistas.
En un segundo escalón, la afición demostró que siente predilección por Figo, Butragueño, Redondo y De la Red, y guarda grato recuerdo de Gallego, Amavisca, Fernando Sanz, Karanka, Karembeu, Santillana (que falló un penalti), Morientes, Buyo, Chendo, Víctor, Dani García, Alfonso Pérez (que tuvo el detalle de mandar ánimos a Miki Roqué), Velasco, Contreras, Rojas, Sabido o Iván Pérez. Fue más que un reencuentro. La grada pudo brindarle a Redondo el aplauso que nunca tuvo cuando salió del Real Madrid y De la Red volvió a jugar al fútbol, después de que hace dos años tuviera que abandonar su práctica por un problema cardiaco. En el cénit de su carrera, tras conquistar la Eurocopa y ya por fin como fijo en el centro del campo del Real Madrid. Ayer, para De la Red, además de ser su cumpleaños (26), fue un día especial por muchos motivos: volver a pisar «este césped», volver a jugar y hacerlo durante unos minutos con el jugador en el que tanto se fijaba, en Redondo. Al argentino se le nota que sigue jugando, aunque sea fútbol 7. Como muchos otros, la gran mayoría, menos Súker, con muchos kilos de más, aunque no le impidió marcar y poner el broche final a una noche solidaria en la que la Fundación Real Madrid podrá seguir construyendo escuelas en África.
En el banquillo no estuvo la libreta ni los chicles de «Mou» sino la de Amancio Amaro. Mourinho estaba en la grada con su familia; semblante relajado, vacacional, aunque no ajeno al runrún de Agüero. Todos evitaban el asunto; el más sincero, Buyo: «Todo parece indicar que el "Kun"puede ser el gran objetivo del Real Madrid, el último gran retoque de este verano».