Castilla-La Mancha
El PP ve en Rato el modelo para ser el «partido del empleo»
El ex ministro propone un contrato único y vincular salarios con productividad
Ya sin cifras concretas, pero sin renunciar a la «aspiración» de recuperar los puestos de trabajo destruidos por los Gobiernos de Zapatero. «Un político sin sueños no tiene derecho a pedirle la confianza a los españoles», argumentó ayer el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, en una vindicación de las controvertidas declaraciones en las que planteó que su partido «aspira» a crear 3,5 millones de puestos de trabajo en la próxima legislatura. El PP insiste en presentarse como el «partido del empleo» frente al «partido del paro», como caricaturizan al PSOE. El paro es la principal preocupación y el principal problema de los españoles y también será el eje motor de la campaña y del programa de Mariano Rajoy. Durante este fin de semana, la plana mayor del PP se ha reunido en Canarias para hablar de política económica y de empleo, bajo el paraguas del presidente de Bankia, Rodrigo Rato, ex vicepresidente de Aznar.
La legislatura que comenzó con una operación de lavado de imagen de la cúpula del PP para romper con el pasado, y liberarla de la carga del «aznarismo», termina con esa nueva cúpula que nació en el Congreso de Valencia, levantando el modelo económico de la etapa de Aznar como garantía de su promesa de recuperación económica sin recortes sociales y creando empleo.
Rato hizo ayer su primera aparición electoral –no será la única– para avalar precisamente el plan económico de Rajoy y para alimentar, como era de esperar, las especulaciones sobre su posible vuelta a la política. En el círculo de confianza de Rajoy no ven ese futurible, pero en el partido se han dejado caer ya sin cinturón de seguridad por la pendiente del «y si…», único consuelo para calmar los nervios preelectorales cuando del único que decide sólo cabe esperar silencio.
Ya antes de que se inaugurara el foro «Lo primero es el empleo», desde Génova se advertía que de él no iba a salir un catálogo de propuestas programáticas, sino que era un instrumento más para «favorecer el debate y animar la participación» de independientes y con la sociedad. Ayer, además de Rato, participaron José María Fidalgo, Íñigo Sagardoy y Manuel Lagares, entre otros.
Salarios y productividad
Rato hizo un discurso técnico, trufado de cifras macroeconómicas, y en el que incluyó propuestas como una reforma laboral más agresiva, que simplifique el diseño de los contratos para acabar con la dualidad entre fijo y temporal, y establecer un modelo más simple; vincular los salarios a la productividad y la competitividad; o una reforma global del marco fiscal (que no detalló) y que incluya la del Impuesto de Sociedades. «Hay que vincular el empleo con la educación y la capacitación», defendió.
Ya en clave más política, la primera jornada del foro, que hoy clausurará Rajoy, dejó una actualización del mensaje electoral. El PP sostiene que creará empleo con austeridad, reformas, rebaja de impuestos a los emprendedores, más iniciativa privada, más libertad y una reforma laboral que incluya una reforma de la negociación colectiva. Sus dos avales son la política de ajuste del gasto público de las comunidades gobernadas por el PP y «la gestión de los gobiernos del PP entre 1996 y 2004», según detalló la vicesecretaria de Organización y directora de la campaña, Ana Mato.
La secretaria general y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, fue la que con más claridad definió la caricatura del candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, que el PP blandirá en la campaña del 20-N: Rubalcaba igual a los «más de ocho millones de parados» creados por los gobiernos de González y de Zapatero.
Y Bono se despide de Fraga
José Bono, presidente del Congreso, ha enviado una carta de despedida al presidente fundador del PP, Manuel Fraga, en la que le expresa su «gratitud» y «cariño» tras tener conocimiento de su decisión de abandonar la política activa. La misiva dirigida a Fraga la comienza con un «querido amigo», para, posteriormente, valorar su trabajo a favor de la «convivencia y de la construcción de una España en la que quepamos todos, sin sectarismos ni exclusiones». Además, Bono le agradece su «generosidad personal» y «muestras de aprecio» hacia él.
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