Granada

El arzobispo de Granada defiende que la misa debería ser una «escuela para vivir»

El arzobispo de Granada, Javier Martínez, tras impartir la última ponencia del X Congreso Eucarístico Nacional, celebrado en Toledo
El arzobispo de Granada, Javier Martínez, tras impartir la última ponencia del X Congreso Eucarístico Nacional, celebrado en Toledolarazon

MADRID- El X Congreso Eucarístico Nacional, celebrado desde el pasado jueves en la ciudad de Toledo, llega hoy a su fin tras tres intensos días de ponencias y actividades sobre la vida eucarística a las que han asistido alrededor de 50 obispos españoles y más de 800 participantes.Tras impartir una ponencia titulada «La Eucaristía, escuela para la vida», el arzobispo de Granada, Javier Martínez, ofreció ayer una rueda de prensa en la que defendió que la celebración eucarística «es algo más que una práctica religiosa». «La misa nos abre el camino para comprendernos a nosotros mismos, para comprender el significado de la vida», explicó. Sin embargo, el prelado se preguntó por qué, si «somos tantos millones de personas las que participamos de la Eucaristía semanal o diariamente, se nos nota tan poco». Y se respondió a sí mismo: «Porque existe una división entre nuestra vida cristiana y nuestra vida real que hace que la misa sea un acto de piedad, pero no una escuela para vivir».Por otro lado, al ser preguntado por los periodistas sobre la actual crisis económica, el arzobispo granadino denunció que una economía construida sobre el propio interés, «aunque hace progresar momentáneamente, genera un déficit de humanidad que termina haciendo esa economía inviable». Martínez consideró que «una economía basada en la generosidad» sería «más estable y más sólida».

Mensaje del PontíficeBenedicto XVI ha querido estar presente en el congreso a través de una carta que leyó a los asistentes el Legado Pontificio, Angelo Sodano. En la misiva, el Papa ensalzó los congresos eucarísticos como «estímulo» para que la Iglesia difunda y testimonie «sin titubeos» el amor de Cristo en la sociedad, además de para que se conozca mejor la Eucaristía, «el tesoro más glorioso que nos dejó el Señor».