Crisis en el PSOE

Tu al partido yo al Gobierno

La Razón
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Comienza la bicefalia real. Tan compleja como imprevisible. Zapatero se queda en el Gobierno, aunque la sombra de Rubalcaba es omnipresente. Su gran amigo Serrano, como director del gabinete del presidente; su patrocinada Salgado asciende a la vicepresidencia primera y su hombre de confianza, Camacho, a Interior. Hay otras piezas muy bien situadas y el resto quiere estarlo porque el candidato hace las listas. Nadie tiene ahora más poder sobre su futuro. La clave es determinar si le interesa adelantar las elecciones o esperar a la fecha prevista. Nada asegura que el resultado sea menos malo en otoño o en invierno. Creo que el «general invierno», como le sucedió a Napoleón, juega en su contra. Cada día que pasa es peor. Zapatero quiere que el PSOE saque el mejor resultado posible, porque una derrota histórica sería un pésimo legado que eclipsaría los escasos aciertos de estos años. La gélida relación que tiene ahora con su sucesor es irrelevante. La vida está llena de desengaños, incluso con los que más favoreces. Debería recordar que toda buena obra tiene su justo castigo.